Pensaba escribir un poema que dijera algo más o menos así:
no quiero darte fiestas sino felicidades, amor
no impresionarte con flores,
instantáneas de una belleza que ha comenzado a morir,
sino regalarte plantas a las que hay que
cuidar
alimentar
esperar,
en las que hay que poner esfuerzo y esperanza,
donde hay que ensuciarse las manos con tierra
Pero eso no es poema ni nada y tal vez no quiera ampararme en la poesía,
o no pueda,
el tema es que
la primavera emociona porque deviene del invierno
porque renace lo que parecía muerto
porque nos trae lo que creíamos perdido
Por eso es que,
cuando celebramos la belleza o el amor como lo hace Juan,
celebramos dos veces:
el apoteosis que llega
el dolor que se apaga
nos han espantado, sí,
pero estamos de vuelta
¡feliz primavera!
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