viernes, 23 de octubre de 2009

después

Después de un día de calor impertinente, agobiante; después de un día de voz carrasposa, casi nula; después de mucho de lo mismo, después de llegar a casa, después de cambiarme de ropa, después de dos tandas de mate, después de una cena al paso de palta y queso, después de que empezara la lluvia, después de que el viento se llevara todo, mientras el cielo todavía se escandaliza entre truenos blancos, al alcance de todo el casi-jazz que puedo disfrutar; después, llegás vos y entonces yo, desde este encendido precipicio, sonrío.

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