Escribo sobre un mundo normal
en donde amo y soy amada,
viajo y voy a fiestas con él muy cerca
comprendiéndome con su mirada.
Escribo sobre un mundo donde sobran los deseos,
donde alcanzan los materiales
para ser como cada uno quiere ser.
Y escribo que a ese mundo,
en un momento muy corto,
muy medido,
lo despeina la normalidad,
de mierda,
en la que cada noche me duermo
y en la que desembarco, insatisfecha, cada mañana.