martes, 24 de noviembre de 2009

En garde! (ii)

¿Tiene casa? Sí, tiene casa. ¿Tiene auto? Sí, tiene. Dos en realidad: uno él, uno ella. ¿Televisor?¿Heladera con freezer? ¿Lavarropas? ¿Microondas? ¿DVD? ¿PC? ¿MP3? Sí, tiene todo eso. Pero hay cosas que no tiene, cosas que le son negadas. Cosas que merece, cosas que ha perdido. Eso cree. Por eso tiene sed de justicia, sed de venganza, sed de restauración. Por eso en los bares se va sin pagar. Por eso escamotea libros en las librerías. Por eso se cuela en los recitales. Por eso. Porque se lo deben. Ellos, los otros. Todos.

Especiales de Tocadesata

domingo, 22 de noviembre de 2009

reciclado

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De chica creía que era mejor no llorar porque una vez que empezara no iba a encontrar razones para dejar de hacerlo nunca. Después crecí, fue imposible parar algunos desbordamientos y gracias al tiempo (y a Camus “Nada dura. Ni siquiera la pena dura”, siempre tan triste él) me pasa que cuando veo venir algo que parece que no va a terminar jamás, me relajo y dejo fluir hasta que se agote.
Mis últimas obsesiones surgieron de pronto, llegaron de mano de alguna nimiedad, se quedaron un tiempo dando vueltas y terminaron yéndose tan sutilmente como vinieron.
De un viejo casete de un cantante español pasado de moda, que se transformó en una búsqueda virtual, que sobrevino en varios mails y terminó en indiferencia, quedó una extraña nouvelle que espera todavía de su momento para salir a caminar sola.
Pero no todas mis obsesiones terminan bien, o mejor dicho, acaban transformadas en otra cosa, en otro plano, con otra libertad. Algunas se van sin más, aburridas, estériles.
Ahora, aunque su apogeo ya pasó, estoy germanófila. Una miniserie, un actor, y a partir de ahí, literatura, películas, historia. ¿Por qué? ¿Qué tiene de atractivo un país del que solo conozco una ciudad (Heilderberg) y algunas pocas autopistas?
A veces esa búsqueda de sentido a lo que tranquilamente podría no tenerlo (el amor es así), es el motor de mis pensamientos y por tanto, el lugar de mi fuga.
Hay una razón macabra por la que esa “atracción” se mantiene hoy activa: ellos y nosotros, alemanes y argentinos, tenemos el demonio en las entrañas. Fuimos capaces de armar una maquinaria inmunda para matarnos a nosotros mismos. Que pensáramos -pensaran sus autores, creyeran sus adeptos-, que no era a una parte de un nosotros a la que estaban masacrando es una espantosa marca en común.
Quien sabe, si estos pensamientos, hoy perennes, siguen ahí un tiempo más, tal vez devengan en algo bien alejado de la muerte. Que esa es la idea, siempre; es la única idea.
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martes, 17 de noviembre de 2009

En garde! (ii)

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- ¿Los 40 principales te echan mucho de menos, no? -le dijo apenas atravesó la puerta. Sabía que hacer música para comerciales no era lo que había deseado.
Él se quedó con la botella de agua fría en la mano cuando recién empezaba a ofrecérsela.
- ¿Qué dices? ¿A que viene eso?
- Escribo cuando sale, no necesito supervisión, disculpa.
Matías se quedó un momento mirándola, luego hizo un gesto de disgusto con la boca y volvió a su lado en la cama.
- No te enfades, no te estaba supervisando. Solo digo como están las cosas.
- Están bien, gracias -un silencio duro se ejecutó entre ellos.
- Pensaba -continuó él- que es verdad: tu no escribes sobre torturados en general. Les exiges mucho más, claro.
- ¿De qué hablas?
- Escribes sobre héroes torturados, sobre excepciones que luchan por ser casi-humanos... Les reclamas demasiado, como a todos.
- ¿No será que tu te conformas con poco?
Una negra garra de odio-amante paralizó el ambiente.
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domingo, 15 de noviembre de 2009

En garde! (i)

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- Ustedes solo escriben sobre seres torturados -dijo de cara a la ventana.
- No es cierto -concedió ella para luego redoblar- Los torturados, como tú los llamas, no son especiales por eso, por su tortura. Es la duda lo que los hace...
- Nos hace..
- Los hace interesantes. La duda, los quiebres, las aristas de una existencia inconveniente. Es eso.
- ¿Inconveniente? -se giró sobre su hombro para mirarla de reojo- Inconveniente. Suena bien.
- Además, yo no escribo sobre torturados- aclaró ella con firmeza mancillada.
- Tú ya casi no escribes de nada, ¿no?
Saltó de la cama rumbo a la cocina, en busca de un poco de agua, dejando el halo de maldad reluciendo a sus espaldas. Ella esperó, con el golpe atravesado en la garganta.
Siguió atenta su regreso, no iba a gritarle su respuesta.
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martes, 10 de noviembre de 2009

diario

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Voy a empezar un diario. ¿para qué? No, la verdad no lo sé.
Un poco por influenciable, muchas horas de Los Mann me dieron curiosidad. Otro poco por seguir experimentando con esto de mi relación con la escitura. A la larga todo lo escrito hasta ahora es para un lector otro: cuentos, relatos, trabajos, blog, notas, etc. Siempre está ahi, agazapado, el lector ideal o idealizado.
Imagino que con un diario pueden pasar dos cosas: la generación de una escritura automática creciendo para no ser reproducida nunca o la aparición sorpresiva de una Gabriela lectora, destinataria de mensajes particulares.
No se, tal vez no dure más de dos días. Habrá que probar...
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domingo, 8 de noviembre de 2009

razón 62

Y hasta ahora me doy cuenta:
para ser otra no hay que amputarse el hogar sino dejar de hacer las mismas cosas, desprenderse de los malos amores, enamorarse de nuevas canciones, nuevos libros, nuevas visiones.
Conservar lo necesario, salir a olvidar lo inútil, perderse en inagotables confusiones tibias.
Sólo ahora lo entiendo.
Una nueva razón de osadía.
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domingo, 1 de noviembre de 2009

dijiste

Perderás esas incómodas murallas protectoras,
avanzaré, fija la mirada,
temblarás sabiéndote vencible,
frágil, viva en los antojos,
el mundo será un caos.
Estallarás, colmada, sobre restos
de espuma.
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