miércoles, 24 de octubre de 2007

sinateos

Iba hoy con ya saben quien cantando en mis orejas, con los ojos cerrados intentando aceptar el viaje en colectivo. En una de esas, cuando un rayo de sol quedó oculto, abro los ojos y me encuentro una camioneta pegada a mi cara con un cartel en el vidrio delantero que decia: Dios me guia, me conduce.

Resignémonos: todos necesitamos un dios. Así que cada uno invente el suyo y se encomiende y entregue a él como más le guste.
Y la parte irracional de la razón se queda tan contenta. Total, en cualquier momento se puede cambiar por otro, y vuelta a empezar.

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