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¿Nos vienen a
buscar? –pregunta Alicia con cierto desdén. La oscurecen brumas de odio hacia la
isla todavía.
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No. No
funciona así –responde Joan mientras sigue por la pequeña ventana el carretear
del avión por la pista. La frase saca del letargo a su prima.
-
¿Y cómo
funciona entonces?
-
Llegaremos
cerca de las siete… Los encontraremos en el bar.
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¿Qué bar?
-
EL bar
-
¿Su bar?
¿Tienen un bar? –llega a preguntar ella mientras Joan recoge las pequeñas
valijas de encima del asiento. Parece que no pueden mantenerse lejos de los
bares.
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No, no tienen
un bar. Pero a las siete de la tarde no están en su casa. Están en un bar.
-
¿Y cómo vamos
a saber en qué bar?
Joan deja de contorsionarse
en su intento por acomodar valijas, abrigo, IPod y la bolsa de bebidas del Free
Shop, solo para mirarla fijo y sonriendo decir: “Everything´s fine now[1]”
-
Bueno
–responde ella aliviada. Aprendió a creer en él cuando dice que todo o algo va
a salir bien- Mientras no terminemos durmiendo debajo de un puente…
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No sería la
primera vez
-
¡Joan!
-
No siempre
fui rico, recuerda… conozco un par de ellos bien bonitos y acogedores
-
¡Joan!
Solo recibe otra sonrisa
como respuesta mientras que por fin comienza a moverse la fila para dejar el
avión.
-
De todas
maneras, recuerda dear que París no
es para quedarse en casa, eh? - Y agrega – Tranquila, aquí nadie va a andar con
chismes el día después…
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