domingo, 19 de julio de 2009

realidad psiquíca

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Iba yo leyendo un apunte de Gramsci camino a un asado en casa de mi hermana, domingo a mediodía. El texto (una fotocopia oscurecida, de letra ínfima difícil de distinguir) estaba plagado de notas al pie que decían cosas como: "fijarse que dice tal sobre...", "revisar el texto de cual...". Raro, pero es que la realidad es dura y el hombre escribía su teoría estando preso y enfermo y no podía consultar esos libros que se acordaba casi al detalle, pero no de memoria.
Harta de ese viaje de casi una hora, en ese colectivo sucio y rotoso, pensé que qué cosas hace la mente (y la lectura en este caso) que me ayudaba a olvidar el entorno de travesía sumergida en esos textos que escribió un hombre encerrado para olvidar su prisión y ligarse, aunque sea intelectualmente, a la libertad y al raciocinio.
Llego a casa de mi familia, el asado apenas estaba acomodado en la parrilla, y le comento a Liliana (hermana y psicoanalista , en ese orden la mayoría de las veces, pero no siempre) mi "descubrimiento" sobre el poder de la mente. Con un gesto de burla, me bajó los humos de un golpe "¡ay nena, que viva que sos! Ya lo dijo Lacan muchos años antes: eso es la realidad psíquica"

Bueno, indudablemente, me faltan lecturas y además no es la primera vez que llego tarde a algunas evoluciones intelectuales de la humanidad. Pero, y aún a riesgo de banalizar el concepto, sepan disculpar la superficialidad de la intentona, voy a aprovechar este espacio virtual, tan real y tan ficcional como cualquier otro, para reseñar en próximos post algunas de esas realidad psíquicas que me ayudan a vivir en este universo tan....
Hasta pronto
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