.
Despacio, adormilada, sin pensar.
De aquí a allá, las yemas de mis dedos
deambulan en planicies de susurros.
Vago,
recorro las siluetas de las sombras,
ajena a otros sentidos que previenen.
El centro de mi ojo desvelado,
el filo de una incógnita resuelta,
la cima de una aguja envenenada que
desgarra y no penetra.
La verdad arde incandescente un solo instante,
seca de simiente,
y desaparece, azul, entre dos cielos.
.
gracias por pasar por mi humilde ciber morada...
ResponderEliminarme encanto eso de ;
"La verdad arde incandescente un solo instante..."
lo dificil es que ese incandescente instante es el que a veces nos marca una vida , es un verdadero placer leerte