domingo, 15 de febrero de 2009

desaparece

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Despacio, adormilada, sin pensar.
De aquí a allá, las yemas de mis dedos
deambulan en planicies de susurros.
Vago,
recorro las siluetas de las sombras,
ajena a otros sentidos que previenen.

El centro de mi ojo desvelado,
el filo de una incógnita resuelta,
la cima de una aguja envenenada que
desgarra y no penetra.

La verdad arde incandescente un solo instante,
seca de simiente,
y desaparece, azul, entre dos cielos.
.

1 comentario:

  1. gracias por pasar por mi humilde ciber morada...
    me encanto eso de ;
    "La verdad arde incandescente un solo instante..."
    lo dificil es que ese incandescente instante es el que a veces nos marca una vida , es un verdadero placer leerte

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