Un pique macho, una cerveza Paceña bien fría y todo está donde debe estar.
Después vendrá la lluvia torrencial y tibia, después, la noche oscura abierta en dos por la frágil luz de las linternas, después, el estruendo de los sonidos que brotan de la selva.
que nostalgia ,casi llore,muy buen recuerdo,un abrazo
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