,
Estar no es lo mismo que pertenecer, descubrió Patricia durante el viaje de vuelta a casa.
“A qué, a quién, a quiénes pertenezco” se preguntaba.
El anciano le había dicho: “Se valiente niña, responde las preguntas adecuadas con el mismo coraje con la que te cambias de casa”
Solamente los efectos de una ducha larga y tibia pudieron devolverle la frescura a sus ojos ajados por las lágrimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario