sábado, 2 de junio de 2007

Salir del sótano

No se porqué, pero desde hace unos días tengo la ardiente necesidad de dejar de perdurar, que en realidad no es otra cosa más que dejar de esperar.

Aviso a los navegantes: este espacio intenta ser una escalera para surgir del sótano. Para salir a disfrutar del sol.

Haber recuperado el cuerpo (y falta tanto!) sirve para saberme material, y por material, limitada.
Cuando trepábamos montañas con Lau, desde Iruya a San Isidro (¡recomendable! ¡imprescindible!), ella me decía que le gustaba sentir el desafío de superar los límites del cuerpo. Qué cosa: a mí lo que me gusta es encontrarlos. Entender que no es todo un continuo laxo y lánguido, que hay cosas con las que no se puede y que entonces hay cerrarlas, decir adiós y salir a buscar/encontrar otras cosas, por otros lados.
A veces es necesario decir hasta acá llego. Pero sin dejar de andar.

“Política de la rebelión. ‘Así es como la revolución pesimista se convierte en la revolución de la felicidad’”(Carnets II, Albert Camus)

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