martes, 17 de julio de 2018

fin de año en pleno julio

Escuché lo que decías, pero con la atención estancada en lo que callabas.
El este, el blanco de la diana, el viento, el atardecer.
Lo mejor, lo sensato, lo posible.
El adiós.

Las omisiones eran más sinceras.
Decían que no habías encontrado en mí a la mujer que nunca hubieras imaginado que existía.
Confirmaban que ibas a sobrevivir sin que mi respiración te despierte en mañanas de sol.
Aseguraban que los largos tiempos sin mí no iban a opacarte.

Y con la letanía de lo que sí podías nombrar de fondo, comencé a llorar.
Y nos dio ganas de sentirnos dentro,
y nos amamos con un sexo sediento y voraz.
Y volví a llorar, pero esta vez ya sin ganas de estar ahí.

Ni sé cuando te fuiste,
aturdida por tu silencio.
Mientras la ruinas del pasado

se incendiaban a tus pies.

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