miércoles, 2 de febrero de 2011

V.3

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Cuanto más me comporto como la persona que quiero ser, más feliz me siento.
Ayer me acosté a las 2 de la mañana después de trabajar un buen rato en la novela (glup, suena importante "novela"). Esta mañana me levanté a las 8:30, seguí trabajando en la vuelta de Manuel a su casa y a las 11 me fui a la reunión de la plataforma de e-learning. De las 12 a las 16, solo pensé en escribir: qué sonaba mejor, qué parecía más claro, se va a entrar por acá, esto verán los estudiantes. Ocho horas seguidas puestas en función de la magia del lenguaje.
Después un poco de paseo por la ciudad (un clima increíble me acompaña) y luego de vuelta a casa.
Sin horarios fijos, sin siquiera mirar el reloj, total, todo el tiempo me pertenece a mí, a mi razón y a mis sentidos.
Mañana a preparar las valijas y el viernes a la ruta.
Sobre el cielo de las margaritas ando, como dice Federico...
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