sábado, 11 de diciembre de 2010

Apuntes del otro lado

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En esta Marozia sin adelante ni atrás es difícil saber para dónde moverse. La inercia es la reina, la dama de picas, sin copas que diviertan, sin tréboles que traigan deseos, sin corazones, ni siquiera rotos.
La señora de aquí al lado camina para un allá más o menos; goza de la ventaja de que nunca va a enterarse si no llega. El nene del vecino solo gatea a oscuras porque la luz le muestra tantas alternativas que prefiere ni empezar por poner las manos en el suelo. El verdulero entrega el pedido siempre en la misma casa: los ocupantes siempre la aceptan. Hace tiempo que la vida cotidiana se mira solo por televisión porque así es más fácil enfocar desde un solo ángulo.
Son algunos ejemplos tomados al azar.
Sobrevuela un rumor que fluye en los espacios vacíos: dice que alguien está llegando. Alguien que conoció algún punto de partida, viajó trayendo consigo una brújula y que viene armado con reglas y compás para comenzar el nuevo trazado de alguna vieja Marozia.
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