viernes, 8 de enero de 2010

Sobre el porqué, el cómo y el para qué escribir

Leo a Juan (otro Juan) Forn:

"Hoy es fácil escribir sobre Deibler*. Basta googlearlo en Internet y armarse de un poco de paciencia para encontrar hasta fotos de su coqueto petit hotel en Auteuil (en cuyo amplio galpón guardaba, desarmadas, las dos guillotinas con que ejecutaba a sus víctimas: una portátil, cuando le tocaba trasladarse a provincias, y otra de mayor tamaño, que usaba para sus asignaciones parisinas) [ ... ] Arlt no contaba con ninguna de estas facilidades cuando escribía sus crónicas en su escritorio de la redacción de El Mundo, basándose en escuetos cables de cinco o diez renglones y presionado por la hora de cierre. Sin embargo, el Anatole Deibler que construye en esas crónicas contra reloj es más vívido que el descrito por Gérard Jaeger en las trescientas páginas de su libro L’homme qui trancha 400 têtes."

Vivir, revivir, pensar, repensar, sentir, volver a sentir a través de la escritura. Para mezclar lo imagiando con lo real en partes desiguales, segun convenga. Para salir del aquí tan individual y mezclarse con lo otro tan interpelador. Para que las cosas no sean tan efímeras, tan mortalmente leves.
Por eso, tal vez, sólo por eso. No debo olvidarlo...

* Fue el Verdugo Oficial de Francia. Murió, ejerciendo su puesto, en 1939.
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