domingo, 15 de noviembre de 2009

En garde! (i)

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- Ustedes solo escriben sobre seres torturados -dijo de cara a la ventana.
- No es cierto -concedió ella para luego redoblar- Los torturados, como tú los llamas, no son especiales por eso, por su tortura. Es la duda lo que los hace...
- Nos hace..
- Los hace interesantes. La duda, los quiebres, las aristas de una existencia inconveniente. Es eso.
- ¿Inconveniente? -se giró sobre su hombro para mirarla de reojo- Inconveniente. Suena bien.
- Además, yo no escribo sobre torturados- aclaró ella con firmeza mancillada.
- Tú ya casi no escribes de nada, ¿no?
Saltó de la cama rumbo a la cocina, en busca de un poco de agua, dejando el halo de maldad reluciendo a sus espaldas. Ella esperó, con el golpe atravesado en la garganta.
Siguió atenta su regreso, no iba a gritarle su respuesta.
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