martes, 18 de agosto de 2009

Albert (+ + cont.)

.
Muchas veces hablamos de arte. De pintura, de arquitectura, de cine. Somos aficionados amateur así que contamos con impunidad para decir cualquier cosa. Intentamos -involuntaria, deportivamente- despertarnos inquietudes sobre casi todo. ¿Qué podían pintar los incas dominados mientras Caravaggio daba vida a Judith y Holofernes? ¿Qué final de película fue el más inapropiado e hiriente? ¿Por qué no pintar graffitis en todas las construcciones del racionalismo italiano o simplemente dinamitarlas y empezar de nuevo para erradicar ese estilo de la faz de la tierra? Pero de lo que sin ninguna duda más nos gusta hablar es de literatura, o mejor dicho, de escritura. Pasamos muchas horas alabando a algún autor o a alguna novela o cuento o poema. Alargamos el elogio hasta el extremo, disfrutando de cada palabra invertida como si fuera una especie de redención. Somos un par de ateos deseosos de estar en un error.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario