martes, 7 de julio de 2009

Norte

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La cabecera de la cama, la pared pastel y detrás, la mañana porteña. ¿Cómo amanece ese hombre? No todo el mundo, pero bastantes más de lo aconsejado, lo detestan. Él lo sabe. Es un secreto a voces. Como aparece en la tele eso le alcanza como coartada: “Es por la fama. Son celos. O rencor, tal vez”.
Le está errando feo a las razones: esconde verdades torpemente, es abyecto, molesto y arengador. Es por eso.
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