sábado, 18 de abril de 2009

atados

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Esta muy-de-mañana escuchaba en la radio como la historia del último emblema de "la inseguridad", un padre de familia acribillado a balazos por un pibe chorro de catorce años, cambió bruscamente de óptica.
El hombre es una víctima (de verdad y para siempre está muerto) pero en realidad fue él el que disparó primero, contra un pibe de catorce años, pasado de vaya a saber cuántas cosas, que le intentaba robar el auto donde estaba su hijo. El padre de familia, sacado tanto o más que el adolescente por el miedo y el fogoneo de "la realidad" que grita la tele, disparó contra el pibe y contra su coche poniendo en peligro a su hijo. El delincuentito respondió y le bajó el cargador entero.
Sí, un desastre, una tragedia.
Hay un hombre muerto, hay un adolescente que selló su futuro negro y están todos los familiares del difunto que no saben qué hacer con el dolor.
Un desastre.
Pero así, medio dormida, se me impuso la imagen de esa vieja costumbre de mantener atado a un perro en el patio, zurrándolo, para que "sea malo", para que sea guardián y defienda la casa.
Un pobre bicho, al que día tras día se lo ceba con odio, impotencia, ira, para que una hipotética noche, destroce a aquel hipotético hombre que entre a nuestro sagrado recinto a, hipotéticamente, sacarnos "lo nuestro".
Vieja costumbre que duró hasta que alguna mente serena se dio cuenta de que educando al perro como un miembro de la familia (sin exagerar, claro) el animal defiende igual y además acomapaña, juega, da cariño. Con firmeza cuando hace falta y no cegado siempre por la ira .

Así andamos, atados en algún patio, acosados por palos como "inseguridad", "dengue", "despidos", "crisis", esperando que nos suelten para sacarnos, contra lo primero que se nos cruce, esta furia de encima.

¿Para saltarle a qué yugular nos están preparando?
¿A quién quieren que destrocemos sin recordad nuestra condición humana?

Tal vez si no aceptáramos tan mansamente la condición de perros, pero me parece que no todos estamos dispuestos. Una pena, por los que vayan/vayamos perdiendo por el camino, digo. Una pena.



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3 comentarios:

  1. Me encanta la imagen del perro. Ciertamente, muchas veces pienso en eso. En esa obsesión por encerrarnos, poner rejas, perros, alarmas, guardias, muros, vidrios en los muros...terrible...

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  2. COMO BUENA LA ENTRADA Y ACTUAL , ES QUE ESTAMOS CONTRUYENDO LA IMAGEN DE LA SEGURIDAD (O LA FALTA DE ELLA ) QUE NOS PROPORCIONAN LOS MEDIOS , ENTONCES PARANOICOS Y MIEDOSOS SALIMOS A MATAR A CUALQUIER PIBE NEGRITO Y POBRE (NO LO DIGO POR ESTE CASO EN PARTICULAR PORQUE SE POCO DEL TEMA )ANTES DE QUE NOS MATE A NOSOTROS ... ASI NOS PREPARARON PARA CONVIVIR CON LA DICTADURA , ASI SE DESARROLLA COMO UN VIRUS EN GERMEN DEL FASCISMO , ASI SOMOS CUERPOS DOCILES PARA MOLDEAR

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  3. si, pero algunos no vamos a dejarnos convencer tan rápido. Como dice Gelman:

    "Hay que aprender a resistir.
    Ni a irse ni a quedarse,
    a resistir,
    aunque es seguro
    que habrá más penas y olvido".

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