viernes, 23 de enero de 2009

si si; si

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(si está, si es, si existe; entonces no puedo dejar de saberlo)

Un vicio asqueroso, conocer la verdad, saber qué es lo que pasa en realidad, cómo están las cosas. Fue enfermizo (porque lo fue y mucho) mientras esa sapiencia era solo un paso previo a la búsqueda de la completa previsión, de la salvadora proyección, de la total anticipación, de la adivinación del futuro. Ya no, por suerte. Ahora acampa el ja veurem (ya veremos) por estos lares.

Roger Caillois dijo alguna vez "el fonambulista sólo logra su objetivo confiando en el vértigo y no intentando resistirse a él".

La palabra clave es análisis, el vicio es el análisis. Pero a no dejarse engañar ni robar las palabras: no lo inventó Freud ni Lacan, el análisis nos viene del primer mono casi hombre que miró detenidamente un hueso y recordó las cosas que hacía durante el día y asoció ese objeto resignificado a la solución de alguno de sus conflictos.

Sí, este año viene raro. Cambios, muchos, enderredor, de más cerca a más lejos.
Ya: lo raro es que no hubiera cambios, como una insondable tierra seca pintada de grises.
Pero no: cambios, vértigos y algunos fonámbulos resistentes tomados de la mano para no caerse.
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