lunes, 19 de enero de 2009

Estado de Israel y Palestina

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Ahí donde se juntan esas dos calles, terminan y empiezan tres barrios: Palermo, Almagro y Villa Crespo.
Ese cruce, como casi todos, tiene cuatro esquinas: viniendo desde el centro, a mano derecha, hay, primero, una casa antigua refaccionada y, después, un edificio de departamentos medio descuidados, que deben ser grandes porque parecen antiguos, de esos que se contruían cuando la gente vivía en casas y no en conejeras.
A mano izquierda, la primera esquina es un terreno baldío, y entrando por Palestina, le siguen varios edificios abandonados. Frente a uno de ellos vive un hombre, antes vivía una familia pero los hecharon y ahora se instaló un señor, un tipo, un pobre, de piel percudida por la mugre, los pelos aplastados, atacado por el sueño permanente que tiene los que viven en la calle y para que despertarse si total... mejor las pesadillas...
El hombre tiene su reflejo de vida burguesa expuesta a la mirada de los que por ahí pasan. Tiene cama, colchón, un sillón de dos plazas y dos de una plaza sola donde ordenadamente deja sus zapatos, tiene una silla, una ollita y pilas de cosas amontonadas. Los colores, o mejor dicho, el no-color de todo es el mismo: un marrón oscurísimo, quien sabe si por la tierra, la grasa, el ollín, la desidia, la indiferencia o el silencio. Todo hecho pedazos, incluído el hombre. Está destruído, mostrando los efectos de la deshumanidad sobre él de 0 a 24, de lunes a lunes.
¿Es que no aprendo? Me siguen sorprendiendo estos "casos", sigo sin entender porque no hay un lugar para ellos, porque se dejan caer, porque los dejamos caer delante de nuestos ojos sin hacer nada. ¿Porque es "su" vida o "nuestra" vida y no "la" vida lo que importa?

En la otra esquina, justo enfrente, ahí donde chocan Estado de Israel y Palestina, donde todos pasan y nadie mira, donde la vida pierde su condición de derecho inalienable, hay además un colegio religioso, un colegio de "los hermanos del sagrado corazón".

Ni donde chocan Estado de Israel y Palestina, ni en el Vaticano, ni en los campos eliseos ni en los campos de marte: no hay más corazón, ni algo sagrado ni somos hermanos, ¿a quien queremos engañar?
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3 comentarios:

  1. Me ha gustado muchísimo. Me ha dolido muchísimo la deshumanidad crónica en la que vivimos.
    Un beso.
    m.

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  2. Un encuentro de mi amiga Marcela

    Errorismo internacional

    http://www.youtube.com/watch?v=d1nYWjXrGWM&feature=channel_page

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  3. hay de la humanidad , gaza es un colador y el hombre sigue naturalizando el genocidio .
    es brillante esa manera de ver el mundo , me da envidia sana si es que existe o bueno me da envidia que no se me ocurrio a mi escribir algo asi
    saludos

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