miércoles, 2 de abril de 2008

ket (así empieza)

- хорошие дни, любовь
- ¿Qué? –dijo ella asombrada.
Su cara, la de él, Pablo Gutiérrez, tenía más marcas de sorpresa que la de ella, sin duda. Solamente la había saludado, un hola mañanero que salió de su boca como una masa de sonidos desconocidos. Buscó algo que decir mientras se sentaba a desayunar, intentando aclarar lo que ni siquiera él entendía y, con temor, por fin respondió:
- Nada. “Buenos días amor” dije, pero no sé que cosa dije en realidad.
Ella le sonrió, lo besó y también lo tranquilizó con un “estas dormido todavía, bobo”.
Y nada más. Siguieron con su desayuno en la pequeña cocina de su departamento, sin darle importancia a esa rareza lingüística que iba, muy pronto, a cambiarles la vida.

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