sábado, 9 de febrero de 2008

espera

Se que puedo insistir (como siempre), se que puedo crear un lugar donde encontrarnos.
Pero necesito que me nombres, necesito que te nombres ahí, adentro.
Así podríamos repetir algunas de las tonterías que decíamos antes, podríamos mostrarnos tan viejos o tan nuevos, tan como queramos.
Hasta podríamos negarnos como entonces, pero sin abandonar ese metro cuadrado de locura donde empecemos a enredarnos.

Mientras caen los granos de arena en este reloj fantasma, junto los ladrillos que construirán nuestro refugio. Y me asusto, me asusto mucho.
Esa confesión no parece tan estructurante y podría haber sido mentira además.
Ese pedido de contención podría haberse evaporado o no haber sido real ni siquiera entonces.
Esa ternura tal vez fue un cliché, o como máximo, un instante fugaz que no vuelve.

Mierda, mis ladrillos son de cartón piedra y no estoy segura de que sirvan.
Mi mente no puede aprehender ni aprender nada.

Vamos reloj de arena, date vuelta a mi favor!

Necesito crearme de nuevo distinta a tu lado.
Necesito saber que eso que intuyo está ahí, que no estoy tan loca, que no creo tan a contramano mis objetos de deseo.

Te necesito. Te espero. Volvé.

1 comentario: