jueves, 31 de enero de 2008

historia

En Montevideo vive Juan, un hombre con la vida atravesada por la historia.
Del luchador del sindicato de textiles y preso de la dictadura uruguaya, devino este vital setentón con su vida repartida entre Emaus, la asociación de jubilados, los telediarios uruguayos y españoles, la internet y su compañera Sonia desde hace 43 años.

Vive en una casa a cincuenta metros de las ruinas de lo que fue la fábrica textil donde trabajó la mayor parte de su vida (hasta que lo mandaron al penal de Libertad), donde conoció a su mujer, madre de sus dos hijos, que perdió la audición de un oído por culpa de las máquinas.

Es imposible hablar de él sin hablar de la historia de Uruguay, de la historia de Latinoamérica.

Pensar que hay gente que vive en su burbuja, inmunes al tiempo, y ahora mucho más desde que se inventó el botox…

miércoles, 30 de enero de 2008

de vuelta


.
unos dias en Punta del Diablo.

Poco ruido, nada de calor, mucho cielo, buenos amigos.

Hoy la ciudad me molesta.
Y yo que la quiero tanto...

jueves, 17 de enero de 2008

Ses Salines

Las salinas son uno de esos lugares que se muestran a los amigos cuando van de visita a Ibiza.
Unos grandes piletones de tierra, de pocos centímetros de profundidad, que se inundan con agua de mar por unas pequeñas acequias, para que se evapore con el sol y deje la sal en el suelo. Después se la junta en montañas para ir sacándola en camiones.

Están cerca del aeropuerto, se ven desde el aire y también desde la sala de embarque, y se atraviesan, sobre un camino de tierra estrechísimo, para llegar a las playas que están del otro lado, como la nudista más famosa: es Cavallet.

Son realmente hermosas, llenas de reflejos de sol, con una bandada estacionaria de flamencos rosados de patas larguísimas y vuelos rasantes y la contundencia histórica además, de haber sido creadas por los romanos cuando ocuparon la isla.
Son una combinación de economía, historia y belleza juntas.

Ayer llegó a la playa de Ses Salines una patera (que son como los barcos que se dibujan en la escuela, madera nada más) con nueve africanos argelinos. Iban a Alicante, pero se perdieron por un temporal.
Empapados, muertos de frío y sed, al ser rescatados algunos fueron a parar al hospital y otros a la cárcel.
“Sólo vengo a trabajar, no me hagan volver” pedían.

¿Quién organizó el mundo de esta manera tan absurda?

Seguro que la economía y la historia, las muy déspotas...

domingo, 13 de enero de 2008

algunas noches de verano

.
Los recuerdos son todavía más subjetivos que la observación diaria. En el día a día una ve, mira, analiza y siente en medio de un verdad-consecuencia muy activo. Lo bueno y lo malo junto, difícil hacerse la sota.
Pero en los recuerdos, hay cosas que se conservan mejor que otras.

Hoy me parece que todas las noches de verano en Ibiza eran serenas, dulces, agradables. No puede ser así, pero tampoco me voy a poner tan racional.
Me recuerdo en las noches, todas las noches, sentada en alguna terracita o patio, en casa de amigos fuera del pueblo, con charla, cigarro, botellita de cerveza, semi-oscuridad y estrellas. Y por un momento, esa tranquilidad, ese liso perfecto como dice mi crema de peinar, me arrulla todavía.

Son breves instantes, una especie de alivio en medio de está vorágine que me tiene atrapada, reclamándome ser más y exigiendo mucha más satisfacción para mis deseos.

sábado, 12 de enero de 2008

a las palabras, querida, hay que provocarlas

.
Hace un par de días que el calor dejó de ser tan inhumano. Buenos Aires se redibuja para los que todavía estamos acá.
Ahora tardo 20 minutos menos en llegar a casa desde el trabajo. Y con el cambio de hora, las tardes son más largas, las mañanas más nuevas. Parece que nos complementamos mejor: cuando me despierto no hace tanto que empezó el día, cuando se me acaban las fuerzas, también se apaga el sol.

Pero lo que más me impresiona es el silencio. O casi. Hay menos gente, hay menos coches, y el ruido de la ciudad es más leve.
Buenos Aires es como un bar populoso con sólo la mitad de los clientes. Pero abierto, siempre abierto.
¿Y si las palabras no vuelven nunca?

¿Y si lo mejor que iba a pasar ya pasó?

¿Y si quedo atrapada acá,
así,
sola y sin vicios?

Es que faltan risas o sobra calor…

domingo, 6 de enero de 2008

en el medio de todo

,
Pasé el 31 de diciembre siguiendo por tele los vaivenes de la no-entrega de rehenes de las FARC. Soy cholula de eventos políticos internacionales, me sumerjo en esas noticias donde parece que todo se puede arreglar o terminar de romper en un instante, aunque seguro, nada es lo que se ve, porque esas cosas siempre se ordenan lejos de la vista.
Pero además, esos escenarios, son otros de los lugares donde reincido en la necesidad de un final feliz, un “tiro para la justicia” que me devuelva la esperanza de que a veces, si.
Ya, no me digan nada: soy conciente de que es uno de los limbos donde discuten mi razón y mis necesidades insatisfechas. Y soy más pragmática que idealista, no crean.

En estos días de calor sofocante, en estos días de estepa redactística (las ideas que se afirman tan débilmente en el terreno poco irrigado de mi imaginación, dejan que cualquier viento las arranque, y hechas un ovillo, se las lleve lejísimos) me obsesiono leyendo en varios diarios sobre el tema.

Más allá del hecho político interesante, más allá de lo periodístico en juego, en el medio de todo, están las personas involucradas.
Los presidentes, sus poderes y sus estrategias.
Los guerrilleros que medio de la selva habían mutado a terroristas y ahora deciden exhibirlo.
Los familiares que esperan a sus ausentes con una paciencia, dignidad y control admirables.
Los secuestrados, que horror, los secuestrados hace tantos años.
Y un nene chiquito, que nació con la vida cagada, en medio de poderes y estrategias, selvas y terror impúdico, paciencias y dignidades perdidas o recuperadas y tantos años de vida secuestrada.
Un nene chiquitito que vino al mundo por el amor complejo de su mamá y su papá, pero que no fue suficiente para evitar que quede solo, solísimo, en medio de tanto espanto.

Mi hermana, que es psicóloga e idealista, dice que en realidad el chiquitín tiene salvación. Porque, según dice Freud, Lacan o algún literato inglés de los tantos que ella lee, si hubo amor en el comienzo, no todo está perdido.

Ojála, mirá, ojála…
,