martes, 28 de agosto de 2007

Rocío está feliz

En dos días Rocío cumple 22 años. Su padre, que vive lejos, le regala un auto. Ayer concretaron (casi) la compra y Rocío estaba radiante. No paraba de sonreír, hacía todos sus trabajos de recepcionista con una alegría desbordante y contagiosa. Feliz.
Decía “estoy feliz”, pero no hacía falta, se notaba mucho.

Durante el almuerzo, mientras sonreía y comía y decía lo feliz que estaba, soltó uno de sus pensamientos sincerísimos. Dijo: “hace un rato pensaba que me sentía muy feliz, tan feliz, y me dio miedo a morirme”

Glup. Si, eso de Eros y Tanatos, algo suena, pero no importa. Ni siquiera me interesa saber detalles del mito.

Diego, que estaba sentado enfrente de ella, corroboró: “Si, pasa. A mi también me pasa”

Qué compleja y enmarañada es nuestra vida. Qué contorsiones hubimos de dar para quedar armaditos de esta manera.

Pero si, porque no. Buen momento para pensar y re-disfrutar (hasta que llegue la próxima) de esa vez en que estuve tan, tan, tan feliz como Rocío, que el jueves llega, con sonrisa puesta, a los 22.

No hay comentarios:

Publicar un comentario