lunes, 31 de diciembre de 2007

lugares comunes

Sí, tienta hacer un listado de proyectos para el nuevo año que se viene. No me gusta mucho hacer balances, pero sí caigo a veces en el mítico embrujo de pensar "este año voy a..." como si eso alcanzara como primer paso a un mejor estar.

Pero las propuestas tienen siempre que ver con cambios de algo profundo y estructural, algo por donde no pasan los años standard. Así que a enumerarlos en la intimidad solamente para tomar conciencia, pero nada más.

Y aunque todos los horóscopos me digan que para este 2008 no piense en cambios profundos, yo voy a seguir buscándolos, esperándolos y, quizás, ojalá, conquistándolos, porque de otra forma no me sentiría viva.

buen 2008!!!

domingo, 23 de diciembre de 2007

de este lado estoy

Desde hace días tengo algo rondando por la cabeza. Es un razonamiento (digamos) complejo (digamos también). A ver si puedo sacarlo de ese estrato donde “sensaciones y pensamientos confusos, poco desarrollados, y en palabras casuales e inútiles relampaguean en nuestra conciencia” como diría Bajtín.
Cuando Juan Gelman ganó el premio Cervantes de Poesía, pensé/sentí que a pesar de todo era una victoria.
Porque cada vez que se lo nombra, además de decir que es un poeta magistral, se recuerda su vida personal. Y en esa vida hubo dolores terribles –la desaparición de su hijo, nuera y nieta y muchos de sus amigos y compañeros- y también cosas buenas, como la recuperación de su nieta y todo el movimiento internacional que lo apoyó en su reclamo ante el gobierno uruguayo, por ejemplo.
Entonces, con los premios de Juan hay doble “triunfo”: se premia la excelencia y se milita en la recuperación de la memoria y la justicia.
Pero hace mucho ruido hablar de victoria ante tanto dolor…
Entonces, definitivamente, esos no son los términos.
Un hecho injusto, criminal, terrible nos (porque nos pasó a todos) partió la vida. A partir de ahí, todos perdimos: los que sufrimos las ausencias y también, los criminales que sólo consiguieron mantener su “honor” durante los años que pudieron sembrar el miedo. De ahí en más y para siempre, sus vidas están también rotas por la vergüenza de ser conocidos en todo el mundo como genocidas.
Pero mientras sus vidas quedaron ancladas en la oscuridad, el deshonor y el delito, nosotros (incluso a los que no les gustan las madres y abuelas pero que como ellas eligen todos los días el camino del trabajo en vez del robo, de la legalidad en vez de la violencia) todos nosotros transitamos inagotables hacia el otro lado.
Y hoy tenemos presidenta, que es mujer e intelectual y para ellos “montonera”, tenemos dos nietos recuperados como legisladores, tenemos a madres y abuelas como ejemplo reconocido y admirado en el mundo entero.
Y si ahora somos nosotros los que pedimos que en el 2008 se junten las causas y se terminen los juicios contra estos genocidas, es porque queremos vivir orgullosos y satisfechos por la saludable reparación que da la justicia.

domingo, 16 de diciembre de 2007

valentía, a 12.000 kilómetros de casa

,
Estar no es lo mismo que pertenecer, descubrió Patricia durante el viaje de vuelta a casa.

“A qué, a quién, a quiénes pertenezco” se preguntaba.

El anciano le había dicho: “Se valiente niña, responde las preguntas adecuadas con el mismo coraje con la que te cambias de casa”

Solamente los efectos de una ducha larga y tibia pudieron devolverle la frescura a sus ojos ajados por las lágrimas.

jueves, 13 de diciembre de 2007

identidad

.
De chica odiaba el Gabriela completo. Esa no era yo, yo era Gabi, así, cortito y con i latina (bueno, eso ahora es lo mismo. Que se sepa: con y griega está mal escrito!).
En España recuperé el Gabriela entero. No es un nombre común de mujer, así que Gaby es conocido sólo como diminutivo masculino. Pero además, la sonoridad de tantas aes juntas matizadas con b y l lo vuelven más femenino al pronunciarlo entero.
Hoy Gabriela Bilbao es lo que soy, ni más ni menos, y con mucho gusto.

Una compañera de trabajo me decía que Bilbao le suena importante. ¿Suena importante? Suena vasco. De mis antepasados, uno de cada pueblo, en realidad sólo el bisabuelo lo era. El vasco loco le decían.
Julio, burlándose, asegura que no se llamaría Bilbao, que tendría uno de esos nombres tan raros, que en la aduana argentina de fines de siglo XIX al preguntarle y no saber como escribirlo, siguieron con el “de dónde” y de ahí nació el rebautizado nombre de nuestra zaga familiar.
Estas cosas de la identidad…
Cosa rara la que nos pasa a los de acá, bien al sur. Nadie (o muy pocos) son sólo argentinos o latinoamericanos: somos vascos y argentinos, gallegos y argentinos, tanos y, ingleses y, turcos y, judíos y. En España son madrileños, vascos, ibicencos, andaluces, catalanes y punto. En Bolivia son aymaras, quechuas, o santacruceños.
¿Dónde fue que nos quedamos boyando?
¿En qué momento decidir ser una sola cosa se nos hizo imposible?

sábado, 8 de diciembre de 2007

ronda

Sábado feriado.
Me preparo un mate y me siento a escribir en la compu.
Me gusta escribir y escribo bastante. Pero de este espacio virtual salen pocas cosas.

Estoy un poco cansada de vivir sola. Me encanta vivir sola.
Los hechos dan más importancia y contundencia de verdad a una de las dos opciones.
Sin embargo. No.

Hay que ver cómo la ausencia se transforma en falta. Lo vacío en vacante. Lo imposible en pendiente.
Hay que ver.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Proveedora de droga, editorial

Proveedora de Droga ediciones es una editorial independiente de plaquetas de poesía y arte plegable, que tiene como editores a Germán Weissi y Laura Mazzini.

En el 2005, editaron la primera colección completa con 7 autores, que fue reeditada por la editorial independiente Ozono (Barcelona, España) en el 2006.
Los autores convocados aquella vez fueron Analía Franco, Romina Freschi, Laura Arnes, Valeria Iglesias, Ileana Kleinman, Paola Ferrari y Germán Weissi.

En estos primeros días de diciembre presentan la segunda colección completa de plaquetas con 6 nuevos autores: Ivana Gamarnik, Lourdes Farall, Martín Villagarcía, Blanca Lema, Karina Maccio y Ana Luz Vallejos.

Poesía de la buena/nueva que se encuentra en Belleza y Felicidad y en La Internacional Argentina.

Para más info http://www.ediciones-pdd.blogspot.com/
Y mucho más de la historia, distribución y fotografías de las plaquetas en:
http://www.proveedoradedroga.blogspot.com/

martes, 4 de diciembre de 2007

Esa volubilidad, esa vulnerabilidad

Patricia toma el tren a Leganés. Esos trenes no son como los que solía tomar allá, tan lejos. Todo acá habla de un cuidado casi obvio. Todo allá da cuenta de un abandono imperdonable.
Sube, se sienta y saca el libro. Desearía ser más vulnerable para dejarse atrapar por la lectura como antes. Hace tiempo ya que ningún autor logra engancharla durante horas.
Cierra el libro: es un buen día soleado de otoño y tiene ganas de mirar por la ventana.
Se siente bien; no piensa en nada en especial.
“Si no abro la boca, nadie sabría que soy extranjera”, piensa.
Deja de mirar hacia fuera y se concentra en la poca gente que hay en el vagón. A simple vista, la mitad no parecen españoles: moros, negros, centroamericanos casi todos. Hasta un par de rubios rubísimos de algún frío país del norte.
“Para contar la historia de Europa, inevitablemente van a tener que hablar de nosotros. Cada vez somos más.”
Sonrió.
“Para contar mi historia, alguna vez(esa vocación por la distancia), tendré que hablar de este tren a Leganés, sola, en esta tarde de otoño….”

domingo, 2 de diciembre de 2007

sábados

A veces Buenos Aires tiene la buena idea de recordarme porqué volví.
Sábado a la noche, dos chicas aburridas que no sabían que hacer: cine, teatro, cena… The Police en Baires pero no hubo tiempo o plata para conseguir entradas. ¿Qué hacemos? Y, vayamos para Corrientes, tengo que comprar un regalo para un amigo que cumpleaños mañana. Librerías y disquerías siempre abiertas.
Las nuevas-viejas veredas anchas estaban repletas de gente andando y personajes invitándote a variadas representaciones teatrales off. Son dos o tres cuadras de andar con las manos dispuestas a recibir volantes o con la cara de flor de loto para no recibirlos.
De pronto, el San Martín. Demasiado tarde para ciclos de cine por los que pasaron cosas memorables como “Los amantes regulares” –inolvidable bodrio francés- o “El té de Ania” –sencillita y encantadora muestra del cine argelino- Pero adentro, en el hall, a las diez y media de la noche, un mundo de gente.
Entramos y parecía que Kusturika estaba ahí. Pero no, era una orquesta con tuba, acordeón, saxo, guitarra y percusión. Y tangos, tarantelas, paso dobles, klezmer y música orillera. Y un grupito de nenes de no más de 5 años (los hijos de los músicos) que bailaban animadísimos entre el público. Babel Orkesta se llaman.
Cuando llegamos la gente sólo miraba y aplaudía. De pronto sacaron los separadores entre el escenario y el público y empezó el bailongo improvisado. Un paso doble y todos, de cualquier edad y nacionalidad, moviéndose con la alegría en los pies. Y siguieron otros temas, un poco de música judía y gitana. Imposible dejar de bailar, acompañar con las manos y sonreír.
Qué linda es la mezcla cultural. Qué bueno es no ser puro.
Y ahora, ¿qué hacemos? Un poco de hambre. ¿Pizza?, no. ¿Pastas?, no. ¿Parrila?, no. ¿Hamburguesas del payaso?, tampoco. Pero algo así, sí… Y fue chivito uruguayo en MedioyMedio.
Noche internacional, el mundo en el living (bueno, casi) de casa.

sábado, 1 de diciembre de 2007

poesía infantil

Tomás tiene 3 años y medio. Va al jardín desde hace poco y mientras visita la oficina de su mamá recibe la pregunta obligada últimamente:
- ¿Tenés novia?
- Sí, tengo –responde- pero… Pero ella no me quiere extrañar…

jueves, 29 de noviembre de 2007

Juan Gelman, premio Cervantes 2007

Hoy que estamos tan alegres, sabemos porque.

Preguntas, claro que sí, siempre Juan Gelman.

Ya que navegas por mi sangre y conoces mis límites y me despiertas en la mitad del día para acostarme en tu recuerdo y eres furia de mí paciencia para mí dime qué diablos hago por qué te necesito quién eres muda sola recorriéndome razón de mi pasión por qué quiero llenarte solamente de mí y abarcarte acabarte mezclarme a tus huesitos y eres única patria contra las bestias del olvido.


(estas son otras preguntas, ideales para ser leídas dos veces: una en silencio, para sentir el arrullo, y otra en voz alta, para provocarlo)

lunes, 26 de noviembre de 2007

hoy tengo grandes los ojos

Para mirar, con atención obstinada, en silencio, un poco afuera, un poco no.

Hoy sólo quiero conocer más, saber mucho menos.

Ser una sigla que signifique algo,
cantar a los gritos,
caminar despacio bajo una (cálida) lluvia de las yungas.

Y poder escribir esa parte del cuento a la que no puedo, no puedo, no puedo entrar.

domingo, 25 de noviembre de 2007

¿Y si fuera viento, lluvia, escarcha?

¿Si fuera sol, verde, nube blanca?

¿Y si esta vez no me fuera?

Quedarme.
Contigo.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Balcón con cactus, Pao Ferrari. La presentación.

A veces, las cosas me gustan tanto que me resisto a dejarlas pasar tan estrictamente como lo marca el tiempo. Ya se habían dado cuenta, ¿no?

El miércoles fue la presentación del libro de Pao Ferrari. Aunque quedaron todas las producciones multimedia planificadas, preparadas y esmeradamente trabajadas fuera del evento, se sintió muy bien. Y es que Balcón es un libro genial. Y no es porque sea un poco nuestro, al contrario, se hizo nuestro porque tiene tanta fortaleza como para cobijarnos.

Es un libro entero, no una colección de poemas. Es una obra exhaustiva e íntegra. Por ella se puede transitar con tanta seguridad como alegría.
Una vez dentro, perderse en sus versos es una sensación tan vital como etérea. Paola habla de su adolescencia de balcón con cactus, usando palabras para contar sólo lo necesario. O un poco menos. El resto se completa con imaginación, dejándose llevar por esas sensaciones de adolescencia propia resucitadas por sus poemas.

Búsquenlo, consúmenlo, disfrútenlo.
Esto (casi) recién empieza.

viernes, 23 de noviembre de 2007

-
Esta noche quisiera perderme
dentro de una canción, de un cuento
para estar acá,
pero no tanto...
-

sin razones

La noticia: él está en B.A. No me llamó. Vacilación entre un “está bien, yo decidí no verlo las últimas veces” y “ya no me quiere más”. Debate con voces mudas entre estar mejor o sentirme como siempre. Un poco de angustia, un poco de tristeza. Convicción, fortaleza de ideas. Muertos incómodos. Falta lo que falta.
Esa noche: el sueño. Aquel otro él, como entonces (o más o menos) decidiendo, esta vez, que mejor conmigo. Despertador y otra mañana sin. Es que fueron dos semanas hablando de él. Me creía inmune, pero se ve que no.
Llave en la puerta. La calle. Por suerte alguien plantó jacarandás en la vereda de enfrente. Pero no alcanzan. Esa sensación, que no es turquesa, acompañándome.
Y no es el él de entre las sábanas, ni es el que no anuncia su llegada: es ese que llegó sólo para despedirse. Él estruja mi mirada. Son los tres y no es ninguno de ellos.

Pero todo es como debe ser, lo exige el bienestar. En este caso, la realidad es sabia.
Pero.
Pero.
¿Porqué tan…

Siento tu fragilidad…Monstruo de papel, no sé contra quien voy, ¿o es que acaso hay alguien más aquí?... Deja que pasemos, sin miedo…
Lucha de gigantes, Antonio Vega – Nacha Pop

miércoles, 21 de noviembre de 2007

lunes, 19 de noviembre de 2007

instantes 1

Sube de un salto los dos pisos de escaleras blancas, barandas negras.
Trae la noticia flotando sobre sus labios, esos que sonríen francamente. Sus ojos contagian brillos plateados. Traga enormes cantidades de aire azul por su nariz amplia.
Llega a su puerta. Piensa “¿Saco mis llaves o toco el timbre (del deseo)?”
Pone una mano sobre la madera oscura mientras inventa dos o tres mil maneras de hacerle saber la noticia.

domingo, 18 de noviembre de 2007

¿cuántas vidas?

Y yo no sé que contestar…

1997
Viernes por la noche. Cena de amigos. Mejor el viernes, así tenemos el sábado para reponernos del bajón y todavía queda el domingo para disfrutar.
Sábado, 4:30 de la madrugada. La boca seca, pastosa. Duelen los dientes a pesar del chicle. Hablamos, todos, hablamos, al mismo tiempo, hablamos, juntos, hablamos, solos.
La próxima vez, pienso, no voy a querer.

2007
Sábado mediodía, reunión de amigos con asado completo.
Un encuentro real donde, como sin querer, además de sentirnos tan bien, empiezan a surgir proyectos. Uno para el miércoles que viene, otro para el mes que viene; marzo en Mar del Plata, septiembre en Rosario.
Se siente bien, estamos juntos. Mucho mejor porque juntos vamos.

viernes, 16 de noviembre de 2007

nadie me vio partir, nadie me espera

Hay un momento, repetido en varias de mis vacaciones de “dos días en cada lugar”, que me dejo llevar por la adrenalina de pensar “en este momento, nadie más que yo sabe dónde estoy”.

La última vez fue en Bolivia, en un camino cuidadosamente empedrado en mitad de la selva del Chapare, como acompañante de un lugareño al que había conocido el día anterior.
Cuando le dije “si, vamos” sabía que podía ser terrible o deslumbrante.
(El cónsul argentino de una ciudad cercana, me diría luego que es común que secuestren mujeres en la zona, en ese entonces no lo sabía).

Ese inolvidable viaje a la profundidad de otros. El único gran peligro fueron los moscos (mosquitos) casi carnívoros. El resto no pudo ser más improvisadamente perfecto.

Lástima, cuando no me encuentren, ahora ya saben donde buscarme.

jueves, 15 de noviembre de 2007

nadie sabe

Es casi de noche ya. Vuelven de la sierra, como aquella primera vez, hace apenas dos semanas. Nacho conduce con Patricia sentada a su lado. Su amigo duerme, con sobresaltos, en el asiento de atrás.
Pasaron tantas cosas en tan pocos días.
Francisco ya no es un misterio: la amarga relación con su propia vulnerabilidad es un remolino que lo arrastra a fondos oscuros. No va a salir porque no quiere; nada de lo que hay fuera de su mundo lo seduce más que su melancolía.
Nacho piensa en su trabajo, en esa idea original que no llega, en esos clientes que quieren irse. Mira por el retrovisor el inquieto sueño de Francisco y piensa que él no podría vivir así. Tan al borde. “Pero yo no tengo su talento”, se dice, se golpea.
Patricia mira la carretera iluminada por luces sepias. Gira la cabeza para observar a Nacho, tan concentrado en el rumbo. Hoy no es noche para hacerse preguntas. Le sonríe sin que él lo note y vuelve a mirar la carretera, a su lado.

En la radio suena una canción de Francisco. Ella sube un poco el volumen y canta en susurros.
- Es bueno el condenado –refrenda Nacho
- Escuchamos a Francisco Ferro quien en este momento está preparando su nuevo trabajo…
En este momento. Nadie sabe.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Serotonina

(Disfrutá y cuidate, folleto de la asociación Arda, repartido en la Creamfield)

Extasis o bicho: …Como el LSD, se estima que más de una vez por mes es excesivo. Con sólo una pastilla liberás toda la serotonina (lo que produce la sensación placentera) de tu cerebro, la que tarda más de veinte días en reponerse. Por eso de nada sirve tomarte otra al toque o en la próxima semana.

Entonces…

¿porqué cuando son tus ojos los que incitan, cuando son tus manos las que transitan, cuando son nuestros cuerpos los que estallan, la serotonina no se acaba nunca?

lunes, 12 de noviembre de 2007

cumpleaños 2

Hoy es cumpleaños de J.
Hace 7 años que no lo veo; su ausencia es un alivio a los confusos recuerdos de nuestro pasado juntos.
Podría (como bien dice Diego “todo se puede”) buscar su dirección en internet y tardaría menos de tres minutos en encontrarla. Pero poder hacer algo no significa nada sino se lo historiza, sino se miden las consecuencias dentro de un entorno más amplio.

J. es un hombre sin sorpresas. En algún momento, cuando se sienta así (es fácil intuir que significa “así”), va a provocar dolor.
Poder se puede, pero tiene un para qué hueco.

¡Feliz cumpleaños a todos los otros que cumplen hoy y que van por ahí sembrando esperanzas!

domingo, 11 de noviembre de 2007

¿pero porqué no te callas?

Mi amigo Dani siempre nos decía a su esposa y a mí que tengamos paciencia porque uno se acostumbra muy rápido a los propios cambios pero los demás no. Y así pasa que, donde una siempre decía si, ahora decimos no (o viceversa) y el que recibe la respuesta se queda tan pasmado.

Creo que leí todas las notas sobre el “incidente” del loco de Chávez y el supremo Rey de España. Incluso entré a foros de debate de diarios españoles para ver que se dice. Aguas divididas, claro, como en todo.
A mí me queda en claro una cosa: Chávez es un loco y un autoritario, pero Aznar es un fascista de verdad, por lo que le hizo al mundo y por lo que impuso a los españoles que democráticamente lo votaron.
¿Decirle fascista es una descalificación? No, es su realidad ideológica. Qué remedio.

Pero el problema es otro en realidad. El problema es que el monarca “yo me llevo bien con todo el mundo” y el imperial estado español, por el que Zapatero tiene que poner el morro, se enfrentan ahora a una Latinoamérica cambiada. Llena de locos, llena de irreverentes colonos que le gritan en la cara que son ricos a nuestra costa no a fuerza de su trabajo. (Viví mucho tiempo ahí: sé como y con qué intensidad trabajan). Que ellos también son corruptos y además, desagradecidos y no tan solidarios como se creen.

Estos cambios propios me encantan, aún con sus exabruptos.
Del otro lado del mundo, espero, sepan adaptarse porque ya no nos gusta más que nos manden a callar.

(hoy domingo latinoamericanista, para no quedarse en una nada más...)

sábado, 10 de noviembre de 2007

Cumpleaños 1

Hoy es cumpleaños de P.
Hace 30 años que no lo veo; su contundente ausencia tiene más entidad que los leves recuerdos de su presencia.
Podría (como bien dice Diego “todo se puede”) buscar su dirección en internet y tardaría menos de tres minutos en encontrarla (ya lo hice alguna vez). Pero poder hacer algo no significa nada sino se lo historiza, sino se miden las consecuencias dentro de un entorno muy, muy amplio.
P. es un hombre en el que no se puede confiar. Sólo se intuye una seguridad: en algún momento, cuando se sienta así (sólo él sabe que significa “así”), va a provocar dolor.
Poder se puede, pero no tiene un para qué ni razonable ni conmovedor.

¡Feliz cumpleaños a todos los otros que cumplen hoy y que no van por ahí sembrando desesperanzas!

viernes, 9 de noviembre de 2007

espera

Viaje en el 71, 8:30 de la mañana, rumbo al norte.
Sentada sin libro ni música (salí muy rápido hoy) pensaba cuál es el límite para esperar. Porque hay veces que uno espera cosas concretas dentro de un límite de tiempo más o menos establecido: si una se postula para un trabajo, por ejemplo, y a los quince días ni noticia, bueno ya fue. Pero ¿qué pasa con las cosas que se esperan, sean cambios, respuestas u otras cosas así de ambiguas, y que no encajan en tiempos reales?

“Espera que ella vuelva y le diga: acá estoy mi amor, no existe el olvido. Acá estoy mi amor de vuelta, he vencido, lo puedes creer, no existe el olvido. No existe.” como dicen Los Tipitos. Son tiempos de espera en un espacio irreal.
A veces se sabe que la respuesta o el cambio no llegarán, que es lógico que no lleguen, que es hasta mejor que no lleguen. Y sin embargo, acá sentada, esperando.

En eso estaba, tratando de recordar cuanto tiempo perdido en esperas inútiles, cuando por la ventana veo a un nene de unos cinco o seis años, de la mano de su papá, vestido con un pantalón de joggins azul y una remera y la máscara del hombre araña. Iba saltando, tratando de ver por esos agujeros flotantes en su cabeza, en un mundo tan irreal como real, tan lúdico.

Y yo preocupada por respuestas que no llegan (porque no deben llegar), por cambios que tarde o temprano sucederán (aunque no sean como quiero que sean).
Ya saben, si ven por la calle a una grandota con traje de batichica, salúdenme que me estoy tomando la vida con la seriedad que se merece….

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Abro un poco los ojos y lo veo ahí, a escasos cinco centímetros. Estoy recostada sobre su brazo derecho mientras juega con mi pelo. Vuelvo a cerrar los ojos y lamento mucho no poder sentir su olor (vine de fábrica en versión económica: no traje olfato y no puedo agregarlo ahora). Sería único, sin duda. Algo de él alojado en mi cabeza para siempre.
Entonces siento su piel, su calor, aún en las pocas partes en las que no hay contacto.
Me pide que le deje mover un poco el brazo dormido. Me giró y toda mi cara posterior queda pegada a él.
Pasan unos momentos y repite mi giro: me captura con su pierna izquierda y se recuesta en mi hombro.
Y así, en silencio, inmóviles todavía, nos amamos codiciosamente.

martes, 6 de noviembre de 2007

las preguntas de Juan

Lo maravilloso de sus preguntas (¿y si dios fuera una mujer?) es que simplemente al plantear la duda el mundo convencional se parte.
Es difícil vivir con la incertidumbre. Generalmente una se encuentra frente a ese desconocimiento del entorno (presente y porvenir) cuando cambia de ambiente, sea por trabajo, estudio o mudanza. Pero esa cohibición que tenemos dentro del nuevo hábitat también agudiza los sentidos, especialmente la imaginación.
La fantasía nos cubre, nos contiene, hasta que por fin llega la rutina para sosegar la angustia de no saber bien quién es quién. Ni dónde, ni cómo. Pasado el tiempo, pulidos y repasados los contactos, parece que ya no la necesitamos más.

Vivir sin dudas, sin indefiniciones, es algo terriblemente aburrido. Y aunque vivir expuesta a “las novedades” a veces tampoco es buena idea, es la mejor herramienta para replantearse ciertas inercias. Aunque el golpe duela siempre en mismo lugar, tal vez esta vez, optemos por partir el rito.

(si, un poco críptica, pero tampoco tiene que estar todo dicho)

lunes, 5 de noviembre de 2007

Golpe de suerte

En mi estresante trabajo tuvieron la maravillosa idea de conseguir un cliente en el Tigre, frente al puerto de frutos.
Generalmente no me gusta salir de la oficina (a menos que sea para ir a casa) porque el trato con la gente –los clientes son gentes- es una aventura de no siempre buen tránsito. Pero hoy, a la una de la tarde, agarré mis cosas y me fui rumbo al río.
Dos horas de viaje para leer y escuchar música y a las seis, después de dar la clase, me fui a instalar junto al agua esperando el atardecer, sacar unas fotos y más música, más lectura. Esto va a ser así, una vez por semana durante dos meses.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…

Me gusta mucho sentarme a ver lagos, ríos, mares calmos como el Mediterráneo. No los de grandes olas, de fuerzas y urgencias. Prefiero los de pequeños movimientos constantes; esos que no dan seguridad sino descanso.

Un oleaje de olvido después de la ternura
Ofelia, Cólera buey, siempre Juan Gelman.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Patricia y su amiga

- No es tan así. No todos sacan esa garra afilada.
- Todos, Patricia, no seas boba.
- Él no lo haría.
- Él lo hará, tarde o temprano. Vas a ver.
Y un día, lo hizo. Sacó esa frase cruel de no se dónde, y se la clavó en medio de los ojos. Sin necesidad, sólo para hacerla callar, para repelerla.
- Y cuando te pase, Patri, no le respondas con otra crueldad y tampoco te quedés callada. Miralo fijo hasta que se te ocurra algo para decirle que lo agarre de la solapa y lo plante frente al espejo. Es la única forma de salir indemne, acordate.

Pero no, no supo. Y eso que estaba avisada.

sábado, 3 de noviembre de 2007

.

Tengo unos amigos maravillosos. Soy muy feliz por tenerlos cerca, esten en el lugar del planeta en que esten.

.

jueves, 1 de noviembre de 2007

camino a algo

Mirá que hago:
Salgo a la calle camino a algo
y en el medio/ te dejo llegar /
abrazarme.
Ya no sufro / por vos,
no sufrís / por mi.
No nos dolemos
en este estar de a dos
por calles que saben
de esta fragilidad /
que desaparece
cuando alguno de los dos recuerda
que fuimos pecado.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Patricia

- ¿Estas siempre despidiéndote, no? –dijo Nacho, muy tiernamente.
- Sí. Son los inconvenientes de ir con las raíces al aire –contestó Patricia que, abrazada a él en el lado derecho de la cama, se sentía tan valiente como para burlarse de todo.
- ¿Y cuáles son las ventajas? –soltó suave, mientras le pasaba el cigarrillo.

Ella aún busca la respuesta.

lunes, 29 de octubre de 2007

.-.

Ahora tenés que seguir sola.
No te asustes. No te resistas.
Sabés cómo.
Sólo hay que dejar que el miedo no saque ventaja

domingo, 28 de octubre de 2007

Nacho

Nacho es de una pieza. Está en armonía perfecta con sus seguridades y sus imprecisiones. Lo que cree, lo dice. Lo que piensa, lo sostiene. Duda a veces, pero se sujeta a esas dudas y las moldea, las acopla, las incorpora.
Me gusta mirarlo de lejos, mientras piensa, disfruta, conversa o ríe. Está ahí tan humano; es un puerto protector donde descansar.
En un sueño, lo vi como a un Rick Wakeman rodeado de pianos, con la precisión en sus dedos, el mundo en su mirada.
Soy uno de sus pianos y no quiero.
Tal vez ya no lo ame. Tal vez, aún un poco.

otra

Necesito escribir porque necesito salir de aquí. Estar en otras partes, ser otra.
Hace tiempo que no fumo, ni tomo, ni esnifo nada y la vida está muy tranquila. Los únicos problemas son los del trabajo y de esos, aliena mucho ocuparse.

Ahora me escondo en una cordura que no tengo. Como antes me escondía en el sótano-biblioteca.
Ahora trato de que no se note de que, además de acá, quisiera estar en 20 lugares más.
Sólo encuentro razones formales para no subirme a un micro y llegar a Tunari a ver brillar luciérnagas en la noche tropical. Pero me contengo, me apego a la realidad y me quedo.

Ahora quisiera tener 4 o 5 gabrielas más en el placard, cada una con sus voces, con sus historias, para no quedar pegada sólo a una.

Tal vez salga hoy a hacer fotos de esta ciudad que vota pero que no decide nada.
A veces nos parecemos tanto…

sábado, 27 de octubre de 2007

Los ojos de Torcido



La mirada de Torcido me hace acordar a
esos otros ojos
a los que me unía para olvidar el mundo
Esos otros, que me sujetaban hasta verme estallar
Esos, que no hacían preguntas.

Torcido, no me mires así, que no me siento bien en los universos respuesta-dependientes…

viernes, 26 de octubre de 2007

llegaron

(las palabras)

Gran Exposición Gran
en
Corrientes y Medrano
de 19 a 20 hs

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que a
“hoy que estoy tan alegre”
respondan
“con las seis enfermeras locas del pickapun”
escapa a toda fantasía

Hoy la ciudad brilla con sol extranjero

jueves, 25 de octubre de 2007

miércoles, 24 de octubre de 2007

sinateos

Iba hoy con ya saben quien cantando en mis orejas, con los ojos cerrados intentando aceptar el viaje en colectivo. En una de esas, cuando un rayo de sol quedó oculto, abro los ojos y me encuentro una camioneta pegada a mi cara con un cartel en el vidrio delantero que decia: Dios me guia, me conduce.

Resignémonos: todos necesitamos un dios. Así que cada uno invente el suyo y se encomiende y entregue a él como más le guste.
Y la parte irracional de la razón se queda tan contenta. Total, en cualquier momento se puede cambiar por otro, y vuelta a empezar.

martes, 23 de octubre de 2007

el amigo de Nacho y yo

No me vio. Estaba sentada en la oscuridad del patio, con una cerveza en la mano y la cabeza tirada hacia atrás para perderme en un cielo de luna llena. Era una casa en las afueras, cerca del mar.
Él salió con su guitarra y su silencio a sentarse en la pared baja del balcón terraza. No iba a verme, escondida por sus espaldas.
Empezó a tocar muy suave como no sabía se podía hacer sonar una guitarra. Una mezcla de abnegación y vicio en sus dedos.

Ahí estamos todavía, guardados en una misma imagen nocturna de verano, para cuando queramos volver a estar vivos

lunes, 22 de octubre de 2007

Contarte

Me acordé hoy, de golpe, mirando por la ventanilla desde el colectivo, que una de las razones de osadía para empezar este blog era intentar contar Ibiza y Buenos Aires a quienes no las conocen o viven lejos.
Se me olvidó en el camino. Pero sigo andando, hay tiempo.
¿Cómo contar una ciudad o una isla? Contar como se debe, sin ser redacción tema: la vaca, claro. Contar no sería la herramienta entonces.
Uno de mis provocadores: Albert Camus escribe en El extranjero sobre una tarde de sol intenso en una playa de Argel. Una tarde donde matar al Otro. Y estamos ahí cuando el sol golpea implacable en la piel del que lee, esté donde esté. Cuando ciega sus ojos con el resplandor inexistente.
El problema es que quizás se sienta el Mediterráneo azulísimo si y sólo si (como decían las maestras de matemáticas) frente a él alguna vez antes se encendió la piel, por el sol o el deseo. Sólo si la luz blanquísima obligó a cerrar los ojos y saborear la sensación de caer hacia ningún lado. ¿A dónde más se podría querer ir?

Y ahora: ¿cómo se cuenta Buenos Aires? Tal vez incitando a cerrar los ojos para percibir los olores, para oí el viento que agita las ramas altas de los árboles inmensos, profundamente verdes.

Azul, azul. Verde, verde. A lo mejor no pueda nunca. A lo mejor, no es tampoco necesario.

sábado, 20 de octubre de 2007

instantáneas

“Me gusta mucho estar en los sitios en las ocasiones excepcionales.”
Italo Calvino, de Ermitaño en París.

Imagino,
a mi amigo, el que no se autodestruye, con su cámara en la mano en cada salida. Una herramienta para mirar distinto lo que hay. Una llave para soñar la excepción.
Imagino
a alguien leyendo un mail de un desconocido que le agradece haberle hecho recordar qué es estar en paz.
Imagino
la expresión en la cara de un extranjero frente a un mar, el mío, el nuestro, tan imperioso y pertinaz.

Y sonrío
por una felicidad que bulle a borbotones dentro mío, sin razón, sin motivo.
Una obsesiva excepción en medio de la tormenta.

viernes, 19 de octubre de 2007

Una y otra vez, una y otra, y otra vez…

20 canciones. Ya casi una semana así.
Salgo de casa, a pilotear problemas ajenos que me importan cada vez menos, después de vuelta a casa, a mi estudio. Y de nuevo, play.
Suenan ritmos oxigenando la realidad, y en los huecos aparecen –reaparecen- viejas voluptuosidades. Deseos, contactos, placeres. Sensaciones, futuros imprecisos.

Ya no me avergüenzo de nada, otra y otra vez.

jueves, 18 de octubre de 2007

Lo de cada uno

Lo que cada víctima puede aguantar es tan subjetivo como lo que cada sádico desee herir.
No es cuestión de medir fuerzas. No resisten cálculos ni equivalencias.
Hay que abandonar el juego ahí donde se detecte.
Y como dicen los españoles, a vivir que son dos días…

(Para Barbi, que cayó primero)

sábado, 13 de octubre de 2007

Queriendo sol

Manolo Tena de fondo otra vez. ¿Seré la única persona en el mundo que lo escucha en este instante?
Son canciones tristes para un sábado a la tarde: sí, bueno, pero no es por eso. Cada vez que lo escucho me acuerdo de un cuento que escribí hace mucho tiempo, donde un tipo con sus rasgos pero desamparado, se instalaba por unos días en la casa de una pareja amiga. Él, llegaba con su abismo profundísimo justo en el momento en el que ella y él, la pareja contenedora, empezaban a darse cuenta de que se querían, pero ya no se amaban.

El cuento se perdió en la gran mudanza. Un diskete mal grabado y ya no existe.
Será cobardía o pereza, pero me parece que el recuerdo es mejor de lo que llegó a ser el relato.
Hoy, Manolo Tena, la ella y el él de la ficción, el desamparado y yo, en un octavo piso, en una tarde nublada. Creo que hay demasiada gente en mi interior soñando una mañana de sol, una mañana donde desayunar juntos, muy lejos de los abismos.

domingo, 7 de octubre de 2007

Silencios

A veces es difícil decirle a un amigo/a las cosas que una, desde afuera y con una subjetividad absoluta, ve que le están haciendo mal. Claro, la convención dice que si somos amigos/as no debería existir esa dificultad.
Tal vez sea que le doy una carga de verdad revelada a mis palabras que hace que, desde el vamos, sea un monólogo y no una charla. Una charla de esas que se intuye más o menos como empieza, pero que va creándose caprichosa a medida que avanza hacia algún lugar que tal vez no exista nunca.
Tal vez sea un miedo horrible y cobarde a decirle a alguien que amo que creo que se está autodestruyendo. Nada más, nada menos. Y ese pavor me hace pensar en que quizás me equivoque o que no soy quien con esta vida que tengo o que… aunque siga sintiendo lo contrario. Tal vez no haya que tener la propia vida resuelta o encaminada para poder tirar una soga a un amigo/a en un naufragio.
O, tal vez, no exista ese naufragio, pero es que me falta tu alegría, me falta tu presencia única y singular, me falta verte luchar y ganar o perder y seguir luchando.
Me faltas vos, vivo como antes, querido mío y no se cómo decírtelo.

martes, 25 de septiembre de 2007

En casa

Hoy me quedé en casa. Un resfrío, el cuerpo un poco dolorido, nada mortal.
Pero, 7:57 de la mañana, la idea: ¿porqué no?

Día de estar en casa. Música, escritura, Calvino con Ermitaño en París.
Y paseo por el plan de marketing, que es eso: el trabajo final para rendir una materia y además es uno de los 4 pasos que faltan para terminar esa carrera entumecida.

Día de estar en casa, día de juntar herramientas, de recordarme como era cuando era sin prisas, de juntar fuerzas, de despegarme del mundo cotidiano.
Hoy, día de sol.
.

domingo, 23 de septiembre de 2007

.... o

Imagino que algo va a pasar. Lo siento, lo presiento.
Llegrás, lo se, porque ya no te espero ni me espero.
Pero hay que estar preparada. Quiero estar lista, para tus manos, para tus ojos.


la garsa que, amb la llum que capitula,
és plomatge i escalf, i és com el cel:
només claror marina
i, després, un record d'haver viscut amb tu.

(la urraca que, con la luz que capitula,
es plumaje y calor, y es como el cielo:
sólo claridad marina
y, después, un recuerdo de haber vivido contigo)
Madrigal, Pere Gimferrer

viernes, 21 de septiembre de 2007

Resi, Rafa, Ana y yo

Encontré unos casettes viejos. Quería escuchar lo que tenían grabado y tuve que dar muchas vueltas para encontrar una casetera que todavía funcione.
Por fin, encontré un walkman; una antigüedad.
Y se escuchan horrible. Es por la forma en que se grabaron, el sonido no es digital. Son los rastros de un programa de radio de pueblo, donde con unos amigos, nos juntábamos los lunes a la noche a leer poemas separados por canciones. Canciones cortadas por la lectura de poemas, sin otras aclaraciones, sin otras palabras, una hora entera a la semana.
Es una antigüedad que contiene nuestras voces y los versos de Huidobro, Llull, Vallejo, Quevedo, Marçal, Rimbaud, Neruda, Espriu …
Escucho esas voces que hace tanto dejé de oír, tanto que parece otra vida. Y lo es.
Nos oigo y nos extraño. Tanto tiempo.
Los casettes tienen una etiqueta con la fecha: marzo de 1999. Van a cumplir 9 años.
Una eternidad.

La eternidad es la mar mezclada con el sol
Arthur Rimbaud

evidencias

una va dejando evidencias de sus obsesiones, ideas repetidas con diferentes palabras, una y otra vez.

lo bueno es que al verlas tan ahi, hasta dan ganas de cambiar de onda...

domingo, 16 de septiembre de 2007

que desperdicio de tiempo estar tan triste

Desde ayer, de vuelta de las tres incontroladas horas de siesta, siento como una especie de pesar sin causa. No me quedé inmóvil, no estuve sola, pero a pesar de los intentos, esa sensación rara me acompaña. Hasta las risas tuvieron ese velo gris.

Hoy, camino de vuelta a casa, mirando desde el colectivo la avenida Cabildo, empecé a imaginar un encuentro con él. Un él al que ví sólo una vez.
Una charla fantasma donde íbamos delineándonos con trazos de deseos, donde a golpe de palabras, aparecíamos el uno en el otro.
Sólo un hechizo de ternura en el corazón.

Creo que tengo un problema con las puertas.

Las puertas que se abren para seguir viviendo.
Las puertas que se cierran para seguir viviendo.

Teoría sobre Daniela Rocca, Cólera buey. Juan, siempre.

que sé tan poco

A veces sé cosas. No es que las sepa en el sentido lineal de la palabra, sino que, cuando me cuentan algunos hechos yo, sin saberlos, ya los tenía en mente. Dicen en mi familia que mi padre me preguntaba ¿cuál te gusta más? y me leía los nombres de los caballos que iban a correr en Palermo o San Isidro. Yo le decía “ese” y ganaba. Mi abuelo estaba convencido de que mi padre, su hijo, tenía un informante dentro del hipódromo. Pero no.

A veces imagino cosas. Otras, la realidad de verdad me sorprende.
Hace muchos años, cuando ser gay era un secreto inconfesable, un amigo de casi toda la vida hizo evidente sus gustos sexuales. Yo no dejé de quererlo ni un solo centímetro, segundo o gramo (o como sea que se mida el amor) pero de pronto no reconocía a quien quería tanto. Era él, su forma de ser, su cuerpo, su personalidad, pero ya todo eso no encajaba con esa imagen construida en mi mente sólo porque había desconocido de él una parte vital.
No creo que se enterara nunca de ese traspaso: seguí sintiendo por él -y demostrándoselo- el cariño más profundo del que soy capaz. Y aunque su imagen dentro de mí hubiera sido remplazada, la nueva recuperó para sí todo el bagaje afectivo de la anterior.

Muchas personas, más adelante, también se “transformaron” ante mis ojos. Varios se complicaron en el camino de llegar a ser lo que decían tener ganas de ser, otros se recrearon en erizos y algunos siguieron siendo lo de siempre y fui yo la que conseguí el valor para mirarlos de frente.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Salir a pelear

El dice: "llego a casa, me saco el traje, me pongo ropa cómoda y me tiro al piso a jugar a los autitos con Nacho (de 3 años)"

Yo pienso: si alguna cosa puede ser para siempre es eso. Cada tarde es un momento maravilloso, seguirá siendo maravilloso cuando él lo recuerde a los 60 o 70 años y también lo será para Nacho, cuando a su tiempo, con sus hijos o sus nietos, se ponga ropa cómoda y se tire al piso a jugar a los autitos.

El dice: "sé que la relación con mi mujer se puede terminar algún día. Ojalá no. Pero con él (Nacho), va a ser para toda la vida. Seguro"

Yo lo escucho y pienso: Yo pensaba que era asi. Que era asi siempre, con todos los padres, ¿no?

No.
Ya no es la ausencia lo que duele, es la imposibilidad que me asalta a veces de apoyarme en esos recuerdos felices para tomar aire y salir a pelear.

domingo, 2 de septiembre de 2007

inquietud

Es más o menos siempre lo mismo. Una idea empieza a aparecer en mi cabeza, en medio de los ratos de ocio, a solas, en casa, en los viajes en colectivo. Una sensación, digamos, de que ahí, en esa imagen, hay una historia, un cuento o –y ahora envalentonada- tal vez una novela corta, cortísima.

Pasan los días y la imagen-sensación sigue. Pero es como una llama de vela, frágil y potente en medio de muchas preguntas. Llegan las primeras dos, las troncales, las que sin ellas no se puede empezar a escribir nada.

Cómo empezará, cómo transitará, hacia dónde.

Qué forma de narración –definitivamente no lineal- hará que surja la historia.

Por ahora sólo una inquietud, una imagen, una sensación renovadora de que ha ahí hay más de lo que parece.

martes, 28 de agosto de 2007

Rocío está feliz

En dos días Rocío cumple 22 años. Su padre, que vive lejos, le regala un auto. Ayer concretaron (casi) la compra y Rocío estaba radiante. No paraba de sonreír, hacía todos sus trabajos de recepcionista con una alegría desbordante y contagiosa. Feliz.
Decía “estoy feliz”, pero no hacía falta, se notaba mucho.

Durante el almuerzo, mientras sonreía y comía y decía lo feliz que estaba, soltó uno de sus pensamientos sincerísimos. Dijo: “hace un rato pensaba que me sentía muy feliz, tan feliz, y me dio miedo a morirme”

Glup. Si, eso de Eros y Tanatos, algo suena, pero no importa. Ni siquiera me interesa saber detalles del mito.

Diego, que estaba sentado enfrente de ella, corroboró: “Si, pasa. A mi también me pasa”

Qué compleja y enmarañada es nuestra vida. Qué contorsiones hubimos de dar para quedar armaditos de esta manera.

Pero si, porque no. Buen momento para pensar y re-disfrutar (hasta que llegue la próxima) de esa vez en que estuve tan, tan, tan feliz como Rocío, que el jueves llega, con sonrisa puesta, a los 22.

lunes, 20 de agosto de 2007

definición innecesaria

Dejó sólo los libros, los que sobrevivieron a tantas mudanzas, junto a una nota. “Vuelvo el sábado”, decía. Su primera, única importante, mentira. Dolorosa, sangrante, eterna.
Hasta entonces mi biblioteca eran cuentos de Disney y revistas de historietas. Meteoro, Billiken, Anteojito. Más lejanos y distantes que mi padre ese sábado -y todos los demás de mi vida-, eran sus libros. Asqueología perruna, creía yo, dispuesta siempre a entender poco, a cambiar realidades obvias. Arqueologías peruanas. Era cierto. Era ausencia.
Un año después, fruto del cóctel de tanto viaje y tanto libro, llegué a Marte. Fui Ylla en un planeta a punto de cambiar para siempre; fui quien esperó que un marciano con su cara, volviera para no irse, para quedarse, conmigo, en casa.
Fui Elena derrumbándome frente a los árboles que mueren de pie. Fui un habitante de justicia colectiva y violenta en Fuenteovejuna. Así pasó la escuela secundaria, despertándome en medio de una guerra declarada en los diarios y la tele, con una masacre, con miles de vacíos, desapariciones, dolores, que no tardarían en salir a la luz.
Volví a las revistas justo cuando las revistas empezaban a volver. Humor, El porteño, El péndulo, Fierro, Página 30. Y los diarios, con su carga de novedad urgente, presente, doliente.
Y de nuevo con los libros entré a Latinoamérica. Los premios, Rayuela, La casa tomada, La autopista del sur. Julio. Fui quien escribió al coronel Aureliano Buendía avisándole que llovía en Macondo. Y me senté también en una mesa de La catedral, en Lima, cuando Vargas no era tan europeo.
Después llegó Kafka, con esa sensación de escarabajo tan conocida, con su castillo impenetrable, lecturas compartidas, en voz alta, con mi hermana. Nuestras risas frente a la impotencia. Nuestra fortaleza frente a las duras y desoladoras murallas.
Él. Mi táctica fue mirarlo, aprender como era, quererlo como era. Mi estrategia fue más profunda y más simple. Y lo perdí. Mario en la mirada. Entonces, la culpa es de una cuando no enamora, la culpa, de una, cuando se van, cuando siembran retirada.
España. Desembarqué con un solo libro: El extranjero. Y yo tampoco velé a mis muertos, y fui culpable –aún lo soy- por no llorar donde debía.
Entendí que la peste, la caída, la padecemos todos los que esperamos tener una casa frente al mundo.
Vinieron más franceses, desde la orilla izquierda, desde Indochina. Y por contagio, llegó la poesía. Lorca, Rimbaud, Blas de Otero. Y sobre todos, Juan. Tal vez dios sea una mujer, con sed y paciencia de animal. Empezó a llover, y parecía que estaban lavando el mundo.
Lunes, de 22 a 23, Versos dispersos. En la elección de cada verso, la confirmación de ser mujer, de ser latinoamericana, de ser búsqueda y acción, de tener presente y futuro.
Arlt se instaló entre nosotros, dos. Fui el juguete rabioso de un Erdosain modernizado. Fui esa a la que humillar como venganza por sentirse humillado. Hasta que un día desperté mujer y después fui firme. Y entendí que a veces el amor tiene signo negativo. Y que es mejor dejarlo. Lo hice cuando aún lo amaba. La ausencia otra vez pero con pretensiones de ser larga. Y los 20, 200, 20.000 poemas de amor dejaron paso a una única canción desesperada.
Llegó el reposicionamiento, inevitable después de la derrota. Lo que completaba a los libros, los amigos, ayudaron a barajar y dar de nuevo. Una nueva partida, una nueva jugada. Y en medio de ese todo y esa nada, apunto e hirió de muerte La voluntad. La primera para recordarme dónde fui feliz potencia. La segunda para arrebatarme, otra vez, el candor. La tercera para imponerse con un “a pesar de todo, es ahí”.
Ni las cireres, ni los enmig d’una fam absurda, ni el blues de l’aplom pudieron retenerme. Volví a casa. Y quise que fuera en serio.
Teoría y facultad llegaron juntas, Bajtin y Gramsci, Saussure y Williams, Petit y Adorno. Y muchos, muchos y más latinoamericanos y argentinos. Más Juan, más Martín. Metamorfosis, está vez, en mariposa.
Fui Cósimo también, enojada, confundida, acostumbrada, asilada. De rama en rama. Fui mitad, armadura vacía, niño abrumado por la guerra. Fui ese Gran Kan al que Polo le contaba su imperio.
Hoy, hace todos esos años. Todos los libros, las letras, están conmigo. Algunos vuelven una y otra vez, otros sólo están, siguen, evocan. Regresan los que nunca se fueron, renacen versos que no conocía. No he crecido, él tampoco. Aún nadie en la mirada.
Hoy, las heridas de ausencia son ya fragmentos pequeños. Casi invisibles. Hoy todo está, casi todo.
Hoy, todos, juntos, empezamos, nuevos.

domingo, 19 de agosto de 2007

La guerra y la resaca

Éramos buenos guerreros.Teníamos el coraje más insensible de la tierra. Fuimos implacables con los adversarios, dignos en nuestras derrotas. Cada batalla encendía nuestra pasión, nuestros deseos más impronunciables. Lo excepcional nos liberaba de culpas antiguas; nos devolvía la mirada de bestia.

Pero un día, la batalla terminó.
Un día sin mañana ni tarde ni noche, nos trajo la victoria absoluta sobre un enemigo roto. Estábamos embarrados, sucios de sangre, hambrientos y exhaustos sobre un campo de malezas devastadas; jadeando y dichosos de nuestra bravura, unidos y únicos en los brazos de la gloria.

Ahora vendrán tiempos de tranquilidad, días casi iguales. Mañanas para desearse buenos días, noches para descansar en buenos sueños. Las heridas serán sobre la piel viejos rastros que nadie seguirá.
Pero, entonces, ¿qué será de nosotros, las bestias?

martes, 14 de agosto de 2007

El pasado asalta, a veces, aunque esté muerto

Una vez, una mujer que no creía en esfuerzos, creyó que la realidad es consecuencia exclusiva de sus propios deseos.
Hoy, pasado el efecto sorpresa, superada la ventaja que da el “ser potencia”, esa misma mujer sobrevive en un pliegue áspero de la realidad.
Los caminos se le van cerrando, y el futuro está cada vez más hueco. Todo gira y gira en torno a su corazón endurecido por deseos sordos, ciegos. Egoístas.

Alguna vez será cuento: una mujer, en el instante congelado y repetido mil millones de veces, en que se da cuenta de que, a pesar de todo, nunca fue más que aquella que quiso dejar de ser. Encerrada en distintas ceremonias, con idénticos fantasmas.
Disimula, pero sabe. Sabe, y achica más y más su mundo para que nadie, alguna tarde, se lo diga.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Sé linda

Si, bueno. Pero sé linda, atractiva. Ponete colores, usá trajecitos.
Sé linda.
(Pero soy trabajadora, ordenada, responsable, inteligente. Me baño cada día, lavo mi ropa. Si, bueno, eso ayuda)
Sé linda. Sé atractiva.
(Si fuera él el que lo pide, él, que paga con fuego el fuego, con piel la piel, con seducción la seducción. Con atractiva pasión la belleza) No.
Sé atractiva, vestite con colores y ropa menos suelta.
Sé linda.
(estas botas = 10% del sueldo
esta camisa = 6% del sueldo
este pantalón = 8% del sueldo
este rubor = 3% del sueldo
esta crema humectante = 5 % del sueldo)
Sé linda, sé atractiva, sé sumisa. Sé figura, representación.
Vestite como para que todos crean que te pago como para que te puedas compras esa ropa. Pedile a tu marido, a tus padres, buscate otro trabajo. Pero sé atractiva, sé sofisticada, sé fashion.
Como si con el sueldo (que ni sueñes en ganar acá) te alcanzara para eso y mucho más.

Bueno, tal vez. Pero ya -tan pronto- se cerraron las ventanas dejando el aire afuera.
La seda italiana sólo para quien pague por ella.
El vestido más caro que verás en mí estará hecho de ausencia.

domingo, 5 de agosto de 2007

Asuán

En el aeropuerto de El Cairo nos esperaba Amador, el guía que dejaba de ser Ahjmed para no complicar la pronunciación de sus turistas.
Desde el micro, rumbo al hotel, se veía una ciudad como otras pero ajena como pocas. Mucha más gente, muchos más coches, un tinte antiguo sobre todo y todos y miles de carteles en árabe transformándome en un instante en analfabeta. Sólo podía entender “Coca-Cola” y eso daba mucha más angustia.
Ahjmed describía lo que aparecía a un lado y otro de la combi: “Y ahí, el museo de la guerra de los seis días, que Egipto le ganó a Israel”. Bueno, está bien, somos turistas, no nos importa lo que pasó ayer, hace 100 años, o 1000. Sólo nos importan los faraones y las pirámides. Mentí todo lo que quieras y que Horus nos proteja.

El paso de los días fue debilitando, primero, la búsqueda de referencias y después la obsesión por señalar y registrar lo nuevo, liberando la razón en regiones extrañas donde la única guía es complacer a los sentidos.
Cuatro días en un barco sobre el Nilo terminó de cortar los lazos con el mundo conocido. Ser una extraña absoluta contenida en un espacio íntimo, con ojos para ver todo, con oídos para captar lo incomprensible, con piel para rozar el mundo y ser seducida por el sol.
La última excursión fue en Asuan, sobre un Nilo embalsado y sobresaltado por bloques de basalto negro. Sol tibio, un bote a vela, una media tarde casi sin brisa.
El bote tuvo que esperar a que un poco de viento nos acercara a la orilla. Nosotros en cambio, no esperábamos nada. El silencio nos mecía y nadie en el barco tenía intenciones de interrumpirlo. Tan callados, tan plenos, tan extasiados. Tan, como nunca antes, serenamente vivos.

martes, 31 de julio de 2007

Amalfi

La costa amalfitana es una zona cercana a Nápoles casi sin playas, sólo con acantilados altísimos sobre el Mediterráneo sereno. Mucho mar y poca arena garantizan un espacio único para perderse en contemplaciones, en salidas y puestas de sol, en mediodías de luz intensa y en noches llenas de reflejos y rumores lejanos.
Aún ahora, con carreteras bien asfaltadas y hasta una línea de tren, es difícil llegar ahí. Las casas, los limoneros y la ruta cuelgan con la misma incertidumbre de las montañas.
A fines del siglo XIX y principios del XX era lugar de retiro para poetas y escritores, franceses e ingleses especialmente. Ellos llegaban por mar como se llega a una isla: la diferencia es que esos pueblos colgantes tienen más de espacio arrebatado a la nada, de vencedores de lo imposible. Más de lucha que de naufragio.

En Amalfi hay un hotel pegado a la brevísima costa y rodeado de enormes paredes de piedra, que conserva la decoración de su época dorada.
Quizás por la separación del mundo urbano, o por el mareo de zigzaguear por caminos de cornisa, o tal vez por la protección que da el mar y las montañas eternas, es que se hace muy fácil creer que una es una artista romántica a la que sólo le falta el vestido de encajes y la sombrilla blanca.
Sentada en un pequeño espigón artificial hecho con piezas de cemento en forma de estrella, cuidando que el viento ocasional no desordene tanto el pelo y viendo caer el sol en un silencio que ensancha los oídos, se empieza a sentir en todo el cuerpo la verdad de ser quien no se es, de ser otra en otro tiempo.
Entonces, roto el espejismo de la secuencia progresiva e inevitable, todo, decididamente todo, parece ser posible.

lunes, 30 de julio de 2007

Los lugares

Eso de estar aferrada a lo real (si es que la realidad es real) me llevó a pensar en los momentos en que no lo estuve.
Ejemplo obvio: cada vez que me enamoraba perdía sistemáticamente juegos de llaves y/o monederos. Pero esas veces no cuentan porque perder la cabeza no es del todo liberarse.
Lo mismo para esas épocas de estimulación artificial. Ya lo decía Federico Moura: “me puedo estimular con música o alcohol, pero se siente más cuando es con vos”

Un mejor ejemplo creo son esos lugares donde seguí siendo racional pero con mucho más aire, muchas más variedades de las que ofrece el colectivo de ida o vuelta del trabajo.

Hay tres lugares en el mundo donde al tiempo dejó de presionarme, de gritar “¡ahora!”, “¿donde?”, “¡cuando!”, “¡vamos!”
Tres lugares, en tres países de tres continentes diferentes.
Amalfi, Asuán y Villa Tunari. Italia, Egipto y Bolivia.
Muchas veces pienso en ellos y hasta que pasó Tunari callaba su presencia en mi vida por un prejuicio de no ser “la que viajó a Europa, ¡a Egipto!”
Ahora se que no es cuestión de plata, sino de ánimos. A todos nos pasa -tarde o temprano- eso de sentirnos libres y vivos en lugares tan ajenos.

Hoy solo quiero nombrarlos. En estos días que vendrán ya me sumergiré placenteramente en las sensaciones que me traigan la evocación para ustedes de cada uno de ellos.

sábado, 28 de julio de 2007

Des-aferración

Todos estamos aferrados a algo. Yo, a la realidad. Y eso, aseguro que no es bueno.
No me aferré nunca a los amigos, como aquellos a los que todavía quiero pero que dejé ir por razones de distancia física o temporal o porque ellos, justo ellos, jugaron en los límites con mis fantasmas.
No me aferré nunca a un lugar, por eso tantas ciudades, tantas casas, tantas mudanzas.
No me aferré nunca a un hombre que me quisiera más o menos como si fuera la única, más o menos ininterrumpidamente.
Sólo a la realidad, la muy plana.
Pero la realidad, que está en cambio constante, exige que ejerza un control desmedido sobre sus variaciones, sus mutaciones. Si me despisto, me suelta.
Claro, no es tan oscuro o triste como parece. No es todo pérdida, porque hay amigos que siguen, hay lugares a los que da gusto volver desde otro lugar u otro tiempo.
Igual, hay un trabajo para hacer ahí, cabos que desatar, sin duda.
Mientras tanto, de vez en cuando me topo con algo que me suelta un poco de ella, y -¡oh sorpresa!- me acerca a los otros. Entonces la vida, el ánimo cambia.
Leer un buen libro (si, Valfierno por ejemplo), escribir (este blog, algunas tardes) y ciertas fantasías (Tunari ediciones, tal vez) son las mejores armas para que la realidad se adapte a la idea de que yo ya no perduro a su lado.

miércoles, 25 de julio de 2007

Martín

Yo no se porqué, pero a veces pasa que me olvido de leer a los autores que tanto quiero. Un toque de soberbia o desesperanza, de pensar que ya nada me sorprende.
Pero no.

Otra vez Martín Caparrós y su maravillosa manera de arrancarme del viaje en el 71, de hacerme olvidar que la realidad es una ciudad entera (o casi)rumbo al trabajo a las 8:30 de la mañana.

Pero además, un disparador de esas ganas de escribir que tanto purifica.

jueves, 19 de julio de 2007

cireres

Del gust de les cireres neix la parla
fosca dels ocells
Del cop de set als núvols neix
la veu de l'aigua quan el riu s'estanya
Del vent cremat a les clarianes
neix al bosc el crit de llum de les arrels
Cridem la set diguem que visca
a l'altra parte del món
el foc
és el mateix


Del sabor de las cerezas nace el habla
oscura de los pájaros
Del golpe de sed en las nubes nace
la voz del agua cuando el río se estanca
Del viento quemado en los claros
nace en el bosque el grito de luz de las raíces
Llamemos a la sed digamos que viva
en la otra parte del mundo
el fuego
es el mismo.

Vicent Tur Riera, Carpe Diem Nº 11, verano '98

miércoles, 18 de julio de 2007

Hicimos

Extraña coincidencia.
Hace unos días pensaba en él –siete años después- porque es uno de mis escritores favoritos. Por suerte tengo una de sus obras de teatro, “La Llum”, así que volví a ella ahora, tan lejos. Éramos amigos, allá en la isla. No grandes amigos, solo algunas actividades nocturno-intelectuales en común.

Y de pronto, apareció en una entrada en google donde había quedado registrado algo que no habíamos hablado nunca. Él, tan dramaturgo, tan poeta, decía que yo era una colega.
No lo decía así, era un poco más formal, pero es ese lazo lo que importa.

Hace siete años que no tenemos noticias el uno del otro. Tal vez, y esto da pena, no volvamos a tenerlas nunca. Pero en estos días, después de tanto tiempo, se que hicimos, que construimos algo que nos trasciende, que nos particulariza y que al mismo tiempo nos une.

Otra vez, gracias Vicent por tus cireres.

sábado, 14 de julio de 2007

I've a dream

Si, pero no como el Sr.King. Lo mío es algo más raso…
Vieron como son los sueños: la trama se pierde, se confunde, se niega a la claridad del día. Pero a veces, sólo a veces, queda otra cosa, una marca en el sentimiento, un rastro de una sensación vivida, soñada en realidad.
No imaginaba, no pensaba: sentía ese sentimiento (permitan la redundancia) que busco cuando estoy despierta, que tanto me falta, que no se si alguna vez fue.
Tener la espalda cubierta. Saber que hay alguien ahí, atento a los cortes de luz, a las sequías, al exceso de sol y porque no, a los copos blancos que caen del cielo.
Alguien en la orilla, un punto de partida, un puerto de llegada, alguien que mira el mar donde me sumerjo.
Fue solo una sensación. Una noche, un sueño.
Tal vez algunas otras cosas más que las pensadas están cambiando.

domingo, 8 de julio de 2007

Destellos

Como un cristal con muchísimas caras y en movimiento constante, así es la mente de las personas. Por eso un rayo de sol produce siempre reflejos diferentes. Una imagen, como un haz de luz, penetra en ese engranaje tan complicado que es nuestra razón-emoción y dispara respuestas-sensaciones tan distintas, tan únicas.

Ayer (porque la película de los Lugones fue ayer para mí) un hombre recordaba con los ojos iluminados, unos momentos de vida real indiferentes al resto del mundo, donde él y su amiga jugaban a las visitas mientras la muerte, o mejor dicho los asesinatos, criminales y víctimas merodeaban.
Todos sabemos que esos mundos privados de lo público se disfrutan en las miradas que nos amarran al hombre que amamos, o en esos juegos nocturnos, o a la hora de la siesta o cuando pinte, donde los cuerpos se redibujan para darnos placer. Y en esas charlas eternas fruto del enamoramiento, donde el tiempo no existe. El amor hace esas cosas, ya se sabe.
Pero, y también, la vida “común” da esos espacios, esos instantes en que lo común de la vida sigue siéndolo sólo para ser, sin pretensiones, único.

Ayer, mientras volvía caminando a casa, recordé cuando con la clavícula rota, imposibilitada de cuidarme sola, me instalé unos días en casa de mis amigos Daniel y Karina. Tenía yo tres dolores espantosos: el hueso roto que no se podía fijar con un yeso, la angustia de saber la muerte posible y la indigencia en que me dejaba mi amor a quien, cumpliendo mis peores pesadillas, su espanto no lo dejó ser siquiera solidario.

Y en medio de ese inmenso dolor, en mitad de ese caos tan personal, llegaba Dani con la silla baja de sus hijos a sentarse al costado de mi cama para leerme sus poemas. Yo lloraba, él leía. El mundo era afuera y ahí nacía un instante.

Llegué a casa y busqué el libro de poemas de Dani. Hoy ya estamos otros, ya somos lejos, pero esta que soy está construida con un ladrillo que lleva esa ternura dentro.

Desvelo

Espero que la noche
Me duerma
Porque yo solo, no puedo.

(Poemas I, Daniel Peribáñez)

sábado, 7 de julio de 2007

Lugones

Sí, vi la peli sobre la Familia Lugones (así se llama).
Aunque tiene algunas pequeñas desprolijidades técnicas, la historia, las actuaciones y los testimonios son excelentes. Cuatro generaciones atravesadas por el suicidio. Una familia que fue impregnada e impregnó los últimos 100 años de historia argentina.
Pero aunque la película da para charlas -sobre la historia de este país, sobre la compulsión a la muerte y a la repetición, sobre el Tigre siempre tan maravilloso-, me quedo con un pequeño detalle.
El testimonio de Horacio Verbitsky es un registro único. No es ahí ese profesional que es, ni tampoco ese amigo que se mostró en la película sobre Paco Urondo. Esta vez es el que presta el cuerpo a una emoción tan humana. Es un sobre-viviente (palabra escrita mal a propósito para poder recomprenderla). Es una persona que amó y que registra el dolor de la pérdida convirtiéndola en un ladrillo de su existencia sólo para seguir viviendo con pasión.Para seguir amando.
Para seguir amando

viernes, 6 de julio de 2007

El tiempo hizo lo suyo. Después de un mes, dejé de ser la nueva. Con la gente, los compañeros de trabajo, la cosa es relajada, mucho trabajo que requiere concentración, pero alegres. Todavía no se como puedo escribir y leer con tanto ajetreo alrededor.
Y la “aptitud profesional” crece día a día. Resolviendo a brazadas cortas, a manotazos, hace falta valentía y osadía para empezar a ocupar el lugar. Sí, aunque esas palabras suenen solo aplicables a grandísimas hazañas, se necesitan todos los días en cosas más o menos cotidianas.

Esta semana volví sonriendo a casa. Quería pensar, y lo hago. Quería estar con más gente trabajando en equipo y no estar pendiente de todo todo el tiempo, y ahora el mucho trabajo es un alivio.
No quería la luna, solo una noche viva para disfrutarla. Una pieza del rompecabezas -¿qué otra cosa es una vida feliz?- está acomodada.
¿Por dónde sigue el juego?

Simplemente, sentí en mí, de pronto, la necesidad de lo imposible. Las cosas, tal como son, no me parecen satisfactorias. Por eso necesito la luna, la felicidad o la inmortalidad, algo descabellado quizás, pero que no sea de este mundo… (Calígula, Albert Camus)

domingo, 1 de julio de 2007

Maslow banalizado

Tantos años en la facultad sólo para convertirme en una escéptica. Eso podría ser un mérito si en realidad no ocultara que es una postergación del ejercicio de la crítica. Digamos que el proceso quedó trunco: conocer que hay, saber que sobre todo (o casi) hay varias teorías opuestas o complementarias, pero que no me tomé el trabajo de saber cuál es la “mejor”, la que más coincide con mi pensamiento elaborado.
Mal, si, ya se. Pero tampoco creo, como entonces, que sea necesario tener una opinión sobre todo. Pero si, como siempre, creo en que no se debe explicar todo desde una sola teoría.
Pero vamos a Maslow. O mejor dicho: a la banalización de su famosa teoría.
Nos conocimos en la facultad, en marketing claro. Si, bueno, puede tener razón. Ya lo pensaré (si me da el cuero) a ver si es tan así.
Ahí se quedó. Pero entonces, el jueves, en la tele del gimnasio pasaban un capitulo viejo de C.S.I. donde lo nombran. Y si lo dicen en la tele…

Si, la oración anterior me condena por superficial, banal y corta de entendederas!
Busco apuntes, encuentro la pirámide y sin importarme nada más, pongo la lapicera en la base del cuarto segmento. Dice Maslow: “mientras las necesidades de déficit pueden ser satisfechas, las necesidades del ser son una fuerza impelente continua”
Que así sea.

domingo, 24 de junio de 2007

Familiezas

Todavía, y aún con tanta fuerza, se festejan los quince años con fiesta. El viernes, Antonella, la hija de mi prima, tuvo su momento: disfrutó muchísimo, con esa mezcla de nena y adulta que le tocó vivir. Su abuela, mi maravillosa tía Ramona, también. Para ella fue una fiesta nueva, disfrutada como las de siempre.
Para mí, en cambio, fue una vuelta al pasado, un regreso a alguna de las alegres navidades “en familia”
Muchos de los antiguos sentimientos estuvieron ahí: desde la extranjería existencialista hasta el reencuentro con viejos cariños. Estábamos casi todos los de entonces sólo que los que éramos hijos ahora son padres, los padres, abuelos y de los abuelos, algunos faltan. Y muchos niños hermosos. Esas caras que , me eran contemporáneas ahora son de la siguiente generación, de los ahora hijos.
Juntos, como hace 30 años atrás, toda la familia y los vecinos del barrio de mi tía: el huevero (que es lo que siguen siendo aunque la huevería ahora es fábrica de pastas), los Grande y los Chiquito (¡esos son sus apellidos!). La única diferencia es que en vez de ser en la enorme casa de mi tía con su cocina de muebles de fórmica verdecita de los años 50 (¡que aún existe!) fue en un elegante salón de fiestas.
Y que Rafaela Carrá ya no suena desde el magazine amarillo sino desde un moderno Cd. Pero el “03, 03, 456sss” estuvo presente, por supuesto.

Y estaba mi primo Andrés, al que no veía desde hacia 25 años. Con Andrés no tenemos muchos temas en común, sólo el ser los raros de la familia. Mi hermana y yo por ese toque que dan los libros y el exceso de pensamiento, él por ser un buen tipo. Porque siempre fue honrado, trabajador, sensato, solidario y cariñoso (cosa no siempre común entre sus padres y hermanos), mucho antes de casarse con una mujer con cuatro hijos a los que ama tanto como a la pequeñita que tuvieron juntos.

Mi primo Andrés es un hombre maravilloso. De esos que no salen en el diario porqué están demasiado ocupados con su trabajo y sus seres queridos.

Cuando nos íbamos le dijo a mi sobrina: “cuidalas mucho a tu mamá y a tu tía. Porque yo las quiero mucho”
Nosotras también te queremos Andrés. Y mucho.

domingo, 17 de junio de 2007

Mitades

Tengo, según espero, receptores de estas palabras a ambos lados del Atlántico. Por ellos, la suma de estas dos mitades que tanto los quiere.

Para acá

El viernes a la noche, en la sala Leopoldo Lugones del San Martín, vi una película argelina: El té de Ania.
Reseñas habrá en internet, supongo. Pero no es cuestión
de argumentos, sino de lugares.
Hay, en varios momentos de la película, imágenes del Mediterráneo tal como lo sabemos en Ibiza. Una extensión eterna de azul celeste; calma, serena, interrumpida sólo por amaneceres y atardeceres que se disfrutan en la piel.
Una belleza tan azul que parte en dos el mundo.

Para allá

Es casi invierno en Buenos Aires. Los árboles enormes están en su gran mayoría sin hojas, pero solo parecen lánguidos en los días nublados.
El sol invernal es de una calidez contenedora.
Buenos Aires, sea la época del año que sea, está siempre latiendo.
Aunque el frío perfore todas las capas de ropa que puedas ponerte, la ciudad te estalla en los ojos.
Hay tanto para hacer, hay tanto para descubrir, hay tanta puerta y ventana abierta al mundo, que una se siente girando y girando en el centro de un planeta cada vez más vivo.

Botella al mar

Ayer, con la imprescindible e irrenunciable ayuda de mi amiguísima Laura, tiré una botella al mar. Un mensaje con destinatario que no tendrá respuesta. El simple placer de dar, convencida de que el viaje hacia es lo que hace sabrosa la vida.

miércoles, 13 de junio de 2007

nueva y vieja a la vez

Esto de ser la nueva, ¿me gustó alguna vez?
Y si es tan estresante como ahora: ¿cómo hice tantos cambios de ambiente?

Pero la verdad, estoy distraída con otras cosas.
Desde hace días pienso en cómo se puede convencer a la gente para que no vote a Macri.
Reconozco que es un poco patética la situación porque no es que la otra opción sea la buena, sino que esta es la muy mala.
Después hay que considerar que las palabras tienen sus limitaciones, así que esa cosa mágica de pensar que se puede encontrar la forma de hacer que la gente "se de cuenta" (que su silencio no es no agresión sino negar profundamente al otro, que no es una persona honrada y es muy evidente, que la derecha cercena libertades siempre, etc, etc.) y que cambie de parecer, es una utopía.
Pero en realidad la cosa es otra y más difícil de aceptar además.
La "gente" no está equivocada: la mayoría de los habitantes de la Capital son, como decirlo..., conservadores.
Algunos ejemplos:
8 de la mañana, parada de colectivos frente al puesto de diarios. Un señor le dice al diariero:
- No, mi hija llega tarde de la facultad.
- ¿Va a la Uba?
- No, va a la ... (no entendí): ni un día de paro, ni un cartel, ni una pintada...
Conclusión: aún suponiendo que vaya a la mejor universidad privada del mundo, que los parámetros para medir su importancia sea que los profesores no paran (¿será que en la privadas los docentes ganan fortunas?) y que no haya carteles, es espeluznante.

Otro: programa de radio a la mañana (y no era radio 10). El que habla (digamos conductor) dice:
- Ya nadie dice "zurdos", ahora, con la democracia, con el respeto al estado de derecho, se los llama progresistas. Ellos en cambio no actualizan su discurso. Para ellos, los de derecha siguen siendo "fachos". No evolucionaron nada.

Y más: en Radio Nacional entrevistan a Manuel, un señor de 107 años que votó hace dos domingos y que, si llega, vuelve a votar el 24. ¿Por quién votó? Si, por Macri. No por Mauricio, por Macri.

Corrigiendo a Serrat, la verdad no tiene remedio y además es triste.

Pero sepan fachos, yo que soy zurdita (y como yo, miles) les puedo asegurar que democráticamente van a ganar el gobierno de ciudad, pero la Esma la perdieron para siempre

domingo, 10 de junio de 2007

Fijada en los detalles

Hoy ya es sábado. En menos de dos días empiezo definitivamente mi nueva vida.
Habitualmente soy un poco “hítica”, es decir, predispuesta a ir fijando la mirada en los hitos (bueno, de cabotaje, pero hito al fin) de mis movimientos de vida. Pero todos usamos estas señales para recordar el orden de nuestro andar (“ a ver, pará. Yo trabajaba en …”, “en ese momento ya había empezado la facultad”, “vivía acá ya, creo…”), es por contraste que se van midiendo los cambios.

El lunes empiezo un nuevo trabajo, y como es una de las variables fundamentales de nuestro humor y nuestro ánimo (junto con el amor, la salud y el vicio), voy saboreando esta previa. Los amigos ayudan: ayer cena, hoy almuerzo con amigo sureño, a la noche teatro y, si mañana sigue así de gris, seguro que algo de cine.

*****
Y hoy ya domingo. La obra de teatro que vi anoche -“La Isla desierta” de Roberto Arlt, interpretada completamente a oscuras-, encajó como una pieza más en este cambio.
Explico: el argumento (muy arltiano!) cuenta sobre un grupo de oficinistas contables que trabajan en un subsuelo y que cuando los cambian a un piso alto con ventanas, luz del sol y vista al puerto y sus barcos, comienzan a cometer errores. Ellos se quejan amargamente ante su jefe porque antes no se equivocaban y ahora son permanentemente distraídos por sus fantasías, sus deseos, sus vidas. Bueno, sigue pero no cuento el final.

Salir del sótano.
Parece que ni en sus angustias una es muy original!
En fin, me voy a tomar unos mates con facturas (¡hoy es domingo!), mientras leo el Página al solcito en el living.
Buen comienzo de semana para todos!

jueves, 7 de junio de 2007

Devenientes

Una tiene sus autores favoritos, esos que se sienten como si fueran de la familia. Los míos son varios: Arlt, Camus, Cortázar, Gelman, Calvino.
También hay otros que alguna vez me deslumbraron, pero que sin embargo no son tan “míos”: Caparrós, Lorca, Bradbury, Di Benedetto, Miguel Hernández. Y varios, varios más.

Los “míos” tienen como una columna vertebral en común. Todos vienen de la desesperación, de la conmoción ante la “injusticia” que les tocó vivir (pobreza, guerra, abandono, desaparición) y, aunque repuestos ya de ella, la llevan clavada en la escritura como pocos pueden hacerlo. Pero no son sólo sobrevivientes: son consecuencia, son el devenir de aquellos que hubieran sido si no… Por eso, devenientes.

******

Hoy que busco palabras para acompañar a una amiga de tan lejos, me refugio en Las Ciudades Invisibles de Ítalo Calvino:
“Yo hablo, hablo –dice Marco- pero el que me escucha sólo retiene las palabras que espera. (…) Lo que dirige el relato no es la voz: es el oído”
(Es decir: ¡ojo! A veces las palabras no sirven para comunicar algo)
Y más:
“Cada ciudad recibe su forma del desierto al que se opone”
Pero hay ciudades peores que desiertos, y las murallas con las que se rodean son sólo para no reconocerse más estériles que esas dunas bellas a la luz de la luna.

martes, 5 de junio de 2007

Salir del sótano 2

Trabajo nuevo. Tengo trabajo nuevo!!!

Después de haberlo deseado tanto, después de haber tomado conciencia de a quién le era fiel completando tanta carencia, un día como de casualidad, fue sí.
Y ya no más sótano, ya no más luces blancas. Ahora habrá otras voces con las que dialogar, otros lugares que recorrer. Lejos, muy lejos, de donde estuve escondida estos casi cuatro años.
Parece que lo que gritaba está más calmo. Porque está en movimiento. Trabajando.
Las nuevas urgencias, mientras tanto, se desperezan, a punto para salir al sol.

Y como decíamos ayer: “Así es como la revolución pesimista se convierte en la revolución de la felicidad”

lunes, 4 de junio de 2007

Uff

Ganó Macri. Eso es malo. No solo porque es de derecha (aunque derecha e izquierda están cada vez más mezclados) sino porque el tipo es impresentable.
Sus asesores deben ser unos genios. Habla mucho, hasta llora de emoción si es necesario (pero tal vez lloraba porque Boca perdió ese domingo y lo más probable que también pierda el jueves y quede fuera de la Libertadores). El tipo habla y habla pero dice poco. Casi nada. Detrás de ese "nosotros no vamos a hacer una campaña sucia" hay un "nosotros no vamos a hablar de nada importante". Lo importante es lo que se le escapa: luchar por una salud para todos, seguridad para todos, educación para todos, que no haya casas tomadas (glup?)
Si hasta la fiesta de celebración era una vergüenza: cantaban "Mariposa tecnicolor". Linda canción, pero ridícula, vacia para ese momento.
En fin, tal vez pierda el 20 días. Y sino, como en octubre va para presidente, lo aguantaremos poco.
Que asco.

sábado, 2 de junio de 2007

Salir del sótano

No se porqué, pero desde hace unos días tengo la ardiente necesidad de dejar de perdurar, que en realidad no es otra cosa más que dejar de esperar.

Aviso a los navegantes: este espacio intenta ser una escalera para surgir del sótano. Para salir a disfrutar del sol.

Haber recuperado el cuerpo (y falta tanto!) sirve para saberme material, y por material, limitada.
Cuando trepábamos montañas con Lau, desde Iruya a San Isidro (¡recomendable! ¡imprescindible!), ella me decía que le gustaba sentir el desafío de superar los límites del cuerpo. Qué cosa: a mí lo que me gusta es encontrarlos. Entender que no es todo un continuo laxo y lánguido, que hay cosas con las que no se puede y que entonces hay cerrarlas, decir adiós y salir a buscar/encontrar otras cosas, por otros lados.
A veces es necesario decir hasta acá llego. Pero sin dejar de andar.

“Política de la rebelión. ‘Así es como la revolución pesimista se convierte en la revolución de la felicidad’”(Carnets II, Albert Camus)

viernes, 1 de junio de 2007

Zama (Para Julio)

En unos días sale para Ibiza Zama. (Julio esperalo!)
Zama es un libro. Un excelente libro de Antonio Di Benedetto.

En estos días este libro me ronda un poco. Regresa. Mejor decir: me acompaña.
Llegó como regalo de navidad. Después de buscarlo y buscarlo, al final vino de regalo.
Me enteré que existía sólo unos meses antes, al leer otro libro del mismo autor: Los Suicidas, una novela corta (fue película este año) imposible de dejar, de las que te dan ganas de postergar todo sólo para ver como sigue. Cuando la terminé quise leer más y Zama es “la obra” de A.Di Benedetto. Eso dicen los entendidos. Les hize caso.
Zama no es de las indejables. Por lo menos al principio.
Está dividida en tres partes: tres años diferentes en la vida del señor Diego de Zama. Años de la segunda mitad del 1700 en la América colonial.
La primera parte es un poco desesperante. Para Zama es un momento de espera y mientras llega lo prometido, se entretiene deseando a una mujer casada. La vida pasa -le pasa- y él deseando en balde.
Terminada esta etapa agobiante vienen las otras dos. A veces lo que está mal empeora y ese primer malestar se trueca en período dorado visto desde estas dos últimas partes.
No cuento más. Leerlo es mejor.
Sólo una cosa: a pesar de saber que no es bueno crear expectativas, el final de la novela es el mejor final literario del mundo. Si, claro, exagero. De mi mundo conocido por lo menos.

En fin: a los que estén cerca, tengo un ejemplar en casa para prestar.
Y a los que tengo lejos, pídanselo a Julio, de mi parte...

jueves, 31 de mayo de 2007

Charla anual con Lucas

Lucas me dice “no se porqué te cuento estas cosas a vos. Estas cosas no se las cuento a nadie”.
Lucas me dice “a ver… Qué cosas raras me decís. Me descubrís cosas de mí mismo. A ver si descubrís que soy un asesino serial”
Yo le digo a Lucas “no te preocupes, no sos el único. Todos me cuentan cosas íntimas”
Yo le digo a Lucas “es que en realidad yo lo provoco. Así no cuento nada. Así me desdibujo, desaparezco.”
Lucas me dice “que feo eso. No lo digas. Pensalo si querés, pero no lo digas”

Pero ya lo dije.
Cague fuego.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Lucha de gigantes

Buscaba solo esa canción de Nacha Pop que me gusta tanto y encontré esto...
(viene al caso y recrea la vista ademas)

http://www.youtube.com/watch?v=FKHkVn_-tzU&mode=related&search=

domingo, 27 de mayo de 2007

Sacar la otra mejilla

Detrás de toda traición hay una fidelidad inquebrantable a alguien, a algo.
Una traición no es algo espontáneo, algo que surge en un momento de debilidad ética. Se urde, se prepara, se medita, o, al menos, se fantasea con ella un tiempo antes.
No es una reacción a una acción (eso sería despecho o venganza) y aunque seguro tiene un disparador en el otro, las razones casi nunca se encuentran en la víctima sino en el victimario.
Es a esas razones a la que se elige ser fiel: valores incuestionables e irrenunciables por los que vale la pena hacer todo, incluso, traicionar.
*****
Desde hace un tiempo empecé a percibir los tintes (colores) morales que habitan ocultos en mis conductas. O lo que es peor: en los pensamientos que las generan o coartan.
¡Malditos siglos de civilización religiosa! (occidental y cristiana o la que sea): sobrepasaron descaradamente los elementales contratos de convivencia entre humanos (vos no me jodés, yo no te jodo) para enquistarse inconscientemente en nuestras vidas.
*****
Ojo: esto no es (aunque suene) un “vale todo” narcisista y egocéntrico. Al contrario, es un intento de recuperar una forma de conexión con los otros desde una como persona, no como un paradigma.
*****
Desde hace unas semanas, la libertad de transitar pensando de nuevo la realidad en la que estoy metida, me tienta más que la manzana del paraíso. Momentáneamente amnésica de la clasificación entre el Bien y el Mal. Ajena y extranjera, la mirada cambia, el mundo se redibuja.

hay otros mundos, pero están en este” (André Bretón)

miércoles, 23 de mayo de 2007

A la vera de un plato, cinco tigres esperan hambrientos el futuro

Es un escrito viejo, pero me acordé...

Es un abuso señor, un abuso. Leía yo su libro (yo que nunca leo en sueños) y me tomó, me puso un fruto verde entre los labios. (¿o fue un beso?), me obligó a mirarlo con ojos de ambición de ver más, y me hizo quererlo hasta no sé cual.
Pero yo, feliz y mutilada, debo reclamar por el abuso. Yo deseaba ser otra y usted me obligó a ser lo justo. Me ató de pies y manos a sus letras para llevarme a pasear por el infierno.
Y quise estar viva entonces, ahí, al borde de su abismo, no para amarlo sino para sobrevivirlo. Y a nadie quise tanto como a usted. Pero sus letras. Su tristeza tan vital, su desenfrenada vitalidad tan abrumada.
No sabe usted que despegó mi corazón de mis asuntos para repartirlo en semillas, en sílabas, en palabras abrazadas. En unos versos que me invitan a cantar y a llorar y a dormir y a despertarme y a bajar del escenario y a actuar solo para usted.
Pero usted no lo sabe. Y esto es un abuso. No puedo seguir volando enganchada a las puntas de sus aes, porque me acongoja saber que no me sabe. No me sabe usted tan feliz en mi barrilete. No me sabe usted tan valerosa en mis silencios como cuando está usted deletreando rumores en mis intenciones. No me sabe viva, como yo antes no lo sabía, y no me sabe tan menos sola desde que lo tengo.
Pero es un abuso, porque yo lo tengo y usted no me conoce.
Es un abuso. Y ahora ya lo sabe.

martes, 22 de mayo de 2007

Dío fetente

La semana pasada fui a ver una obra de teatro (sí, otra vez con el temita, ja!)
Me gustó mucho pero con el agregado de que salí “enamorada” de Pablo, uno de los cedrones. En realidad esto viene de lejos, desde que él andaba rabioso, pero el viernes se reanimó mi deseo.
No exagero cuando digo que me enamoré: está incluido en algunas fantasías diarias, busco datos, quiero saber detalles, etc., etc. Esas cosas que hacemos cuando nos embobamos.
Nos pasa a todas. Que sea posible o imposible, en esos momentos, da lo mismo.
Tal vez sea mal de familia: mi hermana mayor, a sus 52 años, declara dos maridos: el que duerme con ella desde hace 25 años y un famoso actor escocés.
Tal vez sea simple locura, adaptación a la época. O respuesta a ese eco recurrente de saberse olvidable.
Pero enamorarse, como sea, aún rozando la vergüenza, está muy bien, ya se sabe: hormonas que suben y bajan, ganas de que cambie el mundo, menos racionalizaciones, un poco de seguridad al andar…
Aunque seguro que aquel viernes alcanzamos (ja! alcanza“mos”) el mayor grado de proximidad posible. Y bue.
Poco a poco bajarán los niveles de embobamiento (porque aunque la fantasía es fundamental para empezar, se necesitan algunas lunas más carnales para seguir, para avanzar).
Seguro que todavía falta lo que falta.
Entonces, habrá que seguir encontrando puertas.

“¡Cuantas cuestiones hace este hombre por su pequeño amor!”
(El amor brujo, Roberto Arlt)

lunes, 21 de mayo de 2007

A confesión de parte...

En algún momento, un golpe (físico o psíquico) me dejó sin olfato y con un retardo temporal de 11 o 12 años.
Es así que ando como ausente de ciertas cosas.
Es así que ando como atrasada en otras.

De mis 12 años bajo un felpudo poco (se imaginarán) tengo para contar... Veamos que pasa con el resto.


Otra presencia de Juan (Gelman, claro):

amarte es esto:
una palabra que está por decir/
un arbolito sin hojas
que da sombra/

(Salarios del impío y otros poemas. Gelman, 1998)

viernes, 18 de mayo de 2007

Bienvenidos

Empecemos bien, empecemos con Juan

Hoy que estoy tan alegre, que me dicen,
me miro el pecho y rio, miro me
la estatura, el reloj, la camisa,
me miro a carcajadas, vea usted,
este asunto comienza en mi esqueleto
(perdón por la palabra) estoy alegre
compañero, le digo, cuello arriba
y cuello abajo río, qué es no se,
me levanté tan simple como siempre
y tan juan como suelo entré a la calle,
salud, ciudad, le dije, acaricié
la mañana de paso, fui hasta el hombre
más triste y le di un sueño,
compañero
qué me pasa, me río y qué es no sé,
tengo un tumulto de violines vivos,
me nace un pájaro en la boca,
¡al tren!
¿quién se ha muerto? ¡mentira!
los marinos
se enamoraron de una estrella
¿y que?
Salud, ciudad, le dije, compañero,
y en una esquina el aire le besé
como un loco, me miran los zaguanes,
las ventanas, un árbol, qué es no sé,
me sacudo el recuerdo, los pañuelos,
las caricias de anoche, busco en
mis ojazos de pibe entre cuadernos,
violetas tiernas y una madre y qué
me pasa, estoy alegre, río, corro,
me cantan los zapatos,
los zapatos,
ciudad, ciudad, hoy te amo como nunca,
hoy no te hiero, apenas hoy si te
toco, apenas si rozo tu armadura
de asfalto y piedra y barro y hombres de
cojón y viento, apenas si te digo
mañanero, salud.
Y me detengo.
Me río.
Estoy alegre.
Y qué es no sé.